30 agosto 2005

Episodio 10.
Historias de Guerra.

Introducción:
Bitácora personal del Embajador Aldouz: Mi estadía en la Asimov es cada vez mas interesante. Durante años no pude satisfacer mis ansias de conocimiento, y ahora de repente tengo la oportunidad de estudiar a este extraño grupo de seres. Si bien en relación con los Iconianos estos humanoides podrían considerarse primitivos, no puedo mas que fascinarme con su gran capacidad de adaptación. Obviamente, mi tarea principal continua siendo la búsqueda de los diez prikmales originales. Hasta ahora, solo hemos hallado dos, y mas por casualidad que por investigación. Las pistas que hemos seguido para hallar nuevos han sido casi siempre falsas. Desafortunadamente los diez elementos están muy diluidos en el universo y es casi imposible encontrarlos en su estado original. Ahora mismo creo que seguimos una pista correcta, pero nos lleva al otro lado del cuadrante. Durante este corto tiempo libre estuve aprovechando para conocer mas a fondo a mis compañeros. Supe que hace poco sufrieron una dura Guerra y, al sentirme identificado con ellos debido a nuestra sangrienta Gulas Wanthor, decidí investigar un poco mas al respecto. Pude entrevistar a varios de los tripulantes sobre sus experiencias durante la Guerra del Dominio (así es como la llaman) y creo que lo obtenido es muy interesante antropológicamente. En estas historias podemos observar los valores constantes de los humanoides como el respeto deber, el amor y la valentía. Adjunto las grabaciones personales de cada entrevistado...
Primera Parte: Brittany Jefferson comienza su historia
...bueno señor Aldouz, voy a relatarle algo que me ocurrió durante mi mando en la U.S.S. Hope en la Guerra del Dominio. Los ataques Jem´Haddar eran cada vez mas frecuentes y feroces. Parecía que el avance del Dominio era incontenible y varios analistas creían que seria imposible ganar la Guerra en esas circunstancias. Usted sabe, era mucho antes de que los Romulanos se unan a la Alianza Klingon-Federación. El Comando de la Flota estaba preocupado debido a continuos reportes sobre posible actividad del Dominio en zonas alejadas del Cuadrante Beta, muy lejos del wormhole y Cardassia Prime, la central del Dominio de este lado de la galaxia. Se sospechaba que pudiera estar formándose alguna base secreta en el sector, desde donde el Dominio podría estar abasteciendo a sus frentes de batalla en territorio Federal. Si sucedía esto la estrategia de la Federación de esperar a que los recursos del Dominio se reduzcan fracasaría por completo. Mi nave fue enviada al sector a prestar ayuda a la 3ra Flota, bajo el mando del Contraalmirante Isla, apostada en la frontera de la Federación. Al llegar al sistema Belarus, mis ordenes fueron que dejara la nave patrullando la zona y fuera a una reunión secreta. Hacia allí fui con el Comandante Chusei, mi amigo y confidente en la U.S.S. Hope.Estabamos a medio camino entre la Hope y la 3ra Flota, mas precisamente en el Sistema Galitea cuando fuimos sorpresivamente atacados por un bug Jem´Haddar. Al parecer, la nave viajaba sin escolta así que ambos teníamos las mismas posibilidades de triunfar en el enfrentamiento. Desafortunadamente, el bug Jem´Haddar había sido el primero en atacar y había dañado considerablemente nuestros sensores. Utilizando solamente nuestros sentidos pudimos apuntar de la mejor manera y dañamos el lado izquierdo de la nave enemiga. Con los sensores dañados, nos fue imposible evitar los disparos Jem´Haddar, y en seguida comenzamos a caer en una órbita espiral hacia el segundo planeta del sistema. Un segundo antes de estrellarnos pude ver a lo lejos la estela de la nave Jem´Haddar cayendo también en Galitea 2...
Segunda Parte: Entre el día y la noche
Afortunadamente yo salí ilesa del choque. Me es bastante difícil recordar esto señor Aldouz, ya que el comandante Chusei era bastante allegado a mi y murió en la caída a Galitea 2. No podía creer lo que estaba sucediendo. En un instante había perdido a mi mejor amigo. Desde que fue asignado a la Hope, Chusei había ganado mi confianza. Era un gran oficial y un muy buen compañero, a quien yo podía consultar tanto en conflictos de mando como en temas personales. Siempre decía lo correcto en el momento adecuado como para hacerme sentir mejor. Nunca había tenido una relación así con otro oficial, y nunca volví a tenerla. Pero ese no era momento para lamentarme, debía actuar rápido.Galitea 2 era un planetoide sumamente inestable. Según los pocos datos que pude extraer de la computadora, la amplitud térmica entre el día y la noche era inmensa. Poco a poco, la temperatura en el runabout comenzó a subir y fue allí cuando note que el choque había dañado severamente el soporte de vida. A toda prisa busque el traje ambiental y me lo puse. Sin el traje de protección terminaría carbonizada, y si por casualidad me sorprendiera la noche, ni siquiera el traje ambiental podría evitar que me congele. Al parecer quedaban varias horas antes del anochecer por lo que tenia tiempo para ser rescatada antes de morir congelada. Encendí el transmisor para que envié una señal de rescate a la nave mas cercana y salí del runabout. No podía dejar que el transmisor fuera mi ultima esperanza. La gravedad en el planetoide era de 0.4 g, pero gracias a las botas gravitatorias del traje espacial podía caminar casi sin problemas. El relieve era bastante escabroso, pero llano, sin ninguna montaña ni cueva en las cercanías. Había múltiples surcos sinuosos recorriendo el paisaje, seguramente producto del constante congelamiento y descongelamiento masivo del agua. La amplitud provocaba que de día el agua fuera solo vapor, y de noche fuera hielo.Al salir del runabout y ver los surcos me recordó a los hermosos canales marcianos. Como usted ya sabe Aldouz, nací en Marte, el cuarto planeta del sistema Sol. Antes de la colonización humana, Marte era un planeta árido, casi sin agua, salvo en estado sólido en los polos. Con la terraformación de Marte en el siglo 22 se formaron nuevos canales que llevaron el agua de los polos a las nuevas ciudades. Poco a poco el agua se fue multiplicando. Sin embargo, los viejos canales marcianos, que existían hace miles de años, fueron mantenidos intactos. Cuando era pequeña, mi padre solía llevarme de excursión a los canales Schiaparelli. Acampábamos junto a la grieta Lowell y dormíamos bajo las estrellas, observando el distante planeta Tierra. En ese instante en el planetoide recordé a mi padre...Comencé a caminar lentamente hacia donde había visto caer el bug Jem´Haddar. Tal vez. si tenia suerte podría obtener una unidad de control ambiental de los restos. La caminata no era difícil para mi, un poco gracias a las botas gravitacionales y otro poco gracias a mi experiencia en ese tipo de relieve. Estaba bastante calmada, sabia que aun tenia tiempo y que no tardarían en escuchar la señal y venir en su rescate. El sistema Galitea estaba bastante lejos del frente de batalla y aun mas lejos del territorio del Dominio, lo que me hizo pensar: ¿qué hacia un bug Jem´Haddar navegando por territorio de la Federación? ¿Cómo había logrado no ser descubierto?. Además, generalmente los Jem´Haddar viajan en patrullas de no menos de tres naves, pero esta nave viajaba completamente sin escolta. Al parecer el temor del Alto Mando sobre el incremento en la actividad del Dominio en el sector no era infundado. Seguí caminando por bastante tiempo mas, hasta que de repente, vi como el Sol se acercaba al horizonte. Según mis cálculos, no debía anochecer hasta dentro de dos horas, pero al parecer la computadora del runabout se había dañado mas de lo que había pensado. No tenia tiempo para regresar al runabout, debía hallar una manera de protegerme. Comencé a acelerar el paso y al alcanzar la cima de una pequeña hondonada pude ver a doscientos metros hacia la derecha los restos de la nave Jem´Haddar. Salvo por un severo golpe de phaser en el lado izquierdo, el bug parecía haber sufrido bastante menos daños que mi runabout. Antes de que pudiera acercarme mas a la nave, un disparo de phaser me sorprendió desde atrás. Afortunadamente una roca evito que el disparo me diera de lleno en la espalda. Al parecer alguien había sobrevivido...y tenia la misma curiosidad que yo.
Tercera Parte: Refugio enemigo
Me escondí tras una gran roca de espaldas a la nave y observé a mi alrededor. No podía ver de donde venían los disparos, pero estaba seguro de que era solo un adversario. Otro disparo de phaser rozó mi pierna izquierda. Quien estuviera disparando debía estar hacia ese lado. Saque de mi traje los lentes de visión infrarroja y pude detectar a una forma de vida a 500 metros, junto a un montículo de roca. Según mi tricoder, era un Jem´Haddar. EL Sol se escondía peligrosamente en el horizonte y debía tomar una decisión. Sin dudarlo un segundo mas, dispare hacia el montículo de rocas y una pequeña avalancha se desprendió sobre el soldado. A toda velocidad comencé a correr hacia la nave Jem´Haddar. Me iba acercando en zigzag, tratando de ocultarme lo mas posible entre las rocas y los surcos. Los disparos de phaser eran cada vez mas certeros. Estaba ahora a solo 100 metros de la nave y podía ver como el Jem´Haddar corría también detrás mío hacia su nave. Yo llevaba ventaja pero mi adversario era un buen tirador, y me tenia de frente. Las rocas me protegían escasamente. Alcance la nave, abrí rápidamente la puerta y entré. Antes de que pudiera cerrar la puerta, vi como el Jem´Haddar corría desesperadamente hacia mi. En un ultimo intento desesperado volvió a dispararme y el tiro dio directamente en mi brazo. La puerta se cerró justo cuando el Sol terminaba de ocultarse. Con mucho esfuerzo me acerque hasta una pequeña ventana y mire hacia afuera. El soldado Jem´Haddar golpeaba furiosamente la puerta sin poder abrirla. Pude ver como se iban formando pequeñas estalactitas en sus brazos. Desesperado, el Jem´Haddar comenzó a golpearse la cabeza y a refregarse los ojos. Un grito desgarrador fue todo lo que escuche antes de que cayera muerto. En pocos minutos su cuerpo estaba recubierto de hielo. No pude evitar pensar otra vez en Chusei.Estaba a salvo por el momento, pero en una nave enemiga. Saque mi tricoder y examine el puente. Para mi sorpresa, no estaba sola: junto a la consola de navegación yacía un Vorta inconsciente. Mis dudas se multiplicaron. ¿Qué hacia una nave sola, en territorio federal y cuya única tripulación es un Vorta y un Jem´Haddar?Ya tendría tiempo para responder a mis preguntas, en ese momento lo mas importante era saber si el sistema ambiental de la nave funcionaba correctamente. Investigando un poco descubrí que si, pero no todo era tan bueno. Al parecer, el golpe en el lado izquierdo de la nave había ocasionado una fuga en el oxigeno y las reservas eran muy limitadas. Estaba otra vez en una carrera contra el tiempo. Comencé a investigar los controles de la nave enemiga, en busca de una manera de ponerla en funcionamiento. Tal vez si lograba despegar y me acercaba hasta el runabout podría transportar las reservas de oxigeno de mi nave, lo que alcanzaría para llevarme hasta el planeta clase M mas cercano. Estaba haciendo esto cuando sentí un extraño ruido a mis espaldas. Al darme vuelta, pude ver como el Vorta que hasta dos segundos atrás estaba inconsciente corría hacia el interior de la nave. Ahora tenia que ocuparme también de un fugitivo...
Tercera Parte: Colaboración
Comencé a caminar lentamente por el interior de la nave. A pesar de los cientos de reportes que había leído, esa era mi primera vez dentro de una nave Jem´Haddar. Los pasillos estaban completamente oscuros, salvo por alguna que otra luz parpadeante que (supuse) simbolizaba alguna especie de alerta roja. Avance despacio, apuntando con mi phaser ante cada bifurcación e intersección de los pasillos. Todo allí era muy misterioso. Al parecer, la tripulación de esta nave había querido pasar inadvertida por el territorio federal cuando se topo conmigo. Tal vez llevaba algún cargamento importante que no debía llamar la atención. Por un segundo me pareció oír pasos al fondo del pasillo. avance un poco mas y giré en la intersección para ver como se cerraba una puerta ante mi. Disparé con el phaser a los controles y la puerta no tardó en abrirse. Al ingresar me di cuenta de que estaba en la bahía de carga del bug Jem´Haddar. Cientos de contenedores estaban apilados, esperando ser descargados en alguna base del Dominio: era Ketracel Blanco. No se si usted Embajador estará familiarizado con la genética Jem´Haddar. Al parecer, los Fundadores del Dominio modificaron a esta raza de guerreros para que crezcan rápidamente y sean adictos a la droga llamada Ketracel Blanco, imposible de replicar y sin la cual los Jem´Haddar se vuelven ciegos asesinos...para después morir dolorosamente. La cuestión es que la pequeña nave con la que me había topado llevaba suficientes dosis como para abastecer a todo el frente del Dominio por unas cuantas semanas.No había salido de mi asombro cuando escuche otra vez al Vorta escabulléndose cerca mío. Gire en redondo rápidamente y lo apunte con mi phaser directamente a su cara. Estabamos allí los dos, frente a frente apuntándonos con nuestras armas. La Federación y el Dominio, Humana y Vorta jugándose sus propias vidas. En esa situación, ambos sabíamos que no sobreviviríamos. O moríamos a disparos, o moríamos sin oxigeno. Pero ninguno quería dar el brazo a torcer. Sabíamos que necesitábamos el uno del otro. Yo no sabia como manejar la nave Jem´Haddar para ponernos a salvo, y el Vorta no podría conseguir a tiempo el oxigeno que necesitaba para volar fuera del planetoide. Necesitábamos trabajar juntos. Los Vorta son grandes diplomáticos y muy malos soldados, por lo que no tardo mucho en hacer un trato conmigo para evitar la muerte. Yo le daría el oxigeno y el manejaría la nave. Al salir del planeta yo seria transportada al próximo planeta clase M y el dejaría el sector Federal, no sin antes destruir su cargamento. No estaba muy segura si el Vorta cumpliría su parte del arreglo, eran famosos traicioneros, pero en ese momento era mi ultima esperanza.
Cuarta Parte: Suerte y Habilidad
Con mucho esfuerzo, el Vorta logro hacer despegar a la nave. El hielo casi había recubierto toda la superficie cuando despegamos hacia donde yo me había estrellado. Tardamos un poco en poder enfocar los transportadores en las reservas de oxigeno, pero conseguimos hacerlo. Otra vez recargada, la nave giro y enfilo hacia el espacio, dejando atrás el cuerpo inerte del Comandante Chusei. En pocos minutos, la nave Jem´Haddar estaba otra vez en órbita y con suficientes reservas de aire como para volar hasta el sistema mas cercano. Era el momento donde debía cubrirme con mas cuidado las espaldas, ya que el Vorta querría traicionarme sin dudarlo. No termine de pensar esto cuando, en un brusco movimiento de la nave caí sobre mi brazo herido y solté mi phaser. El Vorta había conseguido desarmarme hábilmente y era ahora una prisionera. Sin embargo, tenia un as bajo la manga, pero aprovecharía este momento de confianza del Vorta para obtener un poco de información. Empapado con el gusto de su victoria, el Vorta descuido sus secretos y me confeso el objetivo de todo ese cargamento. Al parecer y como el Alto Mando creía, el Dominio estaba preparando un nuevo batallón de Jem´Haddar en la frontera de la Federación en el Cuadrante Beta. Los nuevos Jem´Haddar estaban destinados a reforzar el recientemente abierto frente del Dominio en Betazed, cuya conquista era sumamente valiosa para los Fundadores. Pero como ya le conté, lo único que no puede ser replicado es el Ketracel Blanco, por lo que los Jem´Haddar debían ser abastecidos desde Cardassia Prime hasta que pudiesen construir una nueva refinería en la base secreta sin ser detectados. Esa era la misión de la pequeña nave cuando se topo conmigo en Galitea. Si la carga de Ketracel Blanco llegaba a destino, podría desbalancear las fuerzas en el Frente de Betazed, dandole una victoria aplastante al Dominio.Por supuesto yo no estaba dispuesta a que el Vorta cumpliese su misión. Mientras el Vorta se llenaba de orgullo por sus logros, me fui acercando a una de las consolas donde lo había visto manejar la nave. Antes de que pudiese reaccionar, desactive la gravedad artificial del bug Jem´Haddar. En un segundo, el Vorta estaba flotando desconcertado por los aires, disparando su phaser sin poder controlarse. Afortunadamente yo aun tenia puesto mis botas gravitacionales y, con total control de mis movimientos, pude desarmar al Vorta. Ya habiendo visto como manejaba la nave, pude comprender su funcionamiento y fije rumbo hasta el asentamiento de la 3ra Flota. El Contraalmirante Isla se sorprendería bastante al verme llegar con semejante cargamento.Afortunadamente, con la información del Vorta capturado pudimos descubrir las instalaciones secretas del Dominio en el Cuadrante Beta y desarticular la operación de refuerzo en el Frente de Betazed. Eventualmente, Betazed cayo en manos del Domino, pero si no hubiera sido por esto, su caída hubiera sido aun mas estrepitosa. Logramos ganar el suficiente tiempo como para que los civiles en el planeta fueran evacuados antes de que se produzca la invasión Jem´Haddar.Siempre recuerdo este incidente. Uno nunca entiende los peligros de la Guerra hasta que se esta frente a frente con sus consecuencias, sin nadie cerca que pueda ayudarte y valiéndote solo de tus energías y experiencias. Puede parecer minúsculo en la magnitud que tiene un conflicto armado como la Guerra del Dominio, pero sin embargo fue muy significativo para mi. Allí aprendí el verdadero sentido de ser Capitán. El superar la muerte de un verdadero amigo y seguir adelante a pesar de todo porque no se puede abandonar a los demás. La Guerra es dura Aldouz, usted lo sabe, y a veces el futuro de muchos depende solo de uno...
Epilogo
Bitácora del Embajador Aldouz (suplemento): la capitán Jefferson ha sido siempre un espécimen interesante para mi. Ella es muchas veces fría y calculadora. Sin embargo pude notar en esta entrevista que dejo aflorar varias de sus emociones. Al parecer, la perdida del Comandante Chusei fue importante para ella y le hizo ver de frente las consecuencias del mando. Tal vez sea por esto que ella prefiere no involucrarse mucho con su tripulación. Es una mala experiencia que no quiere repetir. La misión en Galitea 2, a pesar de que finalmente fue exitosa, dejo una herida que todavía no ha podido sanar.Esta es solo una de las historias que he recolectado sobre la Guerra del Dominio. He estado entrevistando también a la Comandante M´Rel y al Jefe Mot, pero por ahora no tengo tiempo de transcribir las entrevistas...pronto estarán disponibles.

Episodio 9.
Justicia Terrenal, Justicia divina: Parte 2

Primera Parte: Despertar
A pesar de ser virtualmente prisioneros de los Maquis, Vreel Lexx, Elina Vek y Sebastián Castillo eran tratados sumamente bien. Sebastián aún continuaba inconsciente. Al parecer la contusión en su cabeza había sido grave. Elina Vek lo cuidaba con dedicación en la Enfermería de la base Maquí. El doctor Maquí era un joven apenas recibido en Medicina llamado Ze´Rito. Sus conocimientos eran suficientes, pero las condiciones de equipamiento en la base clandestina Maquí dejaban mucho que desear.Cerca de la cama de Sebastián estaba parado el comandante Lexx, observando a través de la pequeña ventana de la habitación. Desde allí podía verse una enorme plaza por donde la gente iba y venía como si no le preocupase su condición de ilegal. ¡Y pensar que si la Federación conociese la ubicación de esa base no dudaría en evacuarla ni un instante! Las relaciones con la desfalleciente Unión Cardassiana eran aun delicadas. La manera en que la Guerra del Dominio había terminado, con Cardassia muy debilitada, habían dejado todo ese vasto sector del Cuadrante Alfa en virtual desgobierno, y era el interés de la Federación que la Unión volviera a infundir orden en la región. Pero ni la Federación ni sus aliados Klingon y Romulanos eran tan tontos como para permitir que Cardassia recuperara el poder perdido. Le habían impuesto incontables limites a su producción armamentística a cambio del apoyo necesario para su resurgimiento. Varios sectores en disputa con los Klingon habían sido entregados sin condiciones otra vez al Imperio. Un vasto sector de la Unión Cardassiana había sido puesto bajo la “custodia” del Imperio Estelar Romulano, que se ocuparía de supervisar su progreso, mientras el resto de la Unión era supervisado por fuerzas conjuntas Klingon y de Starfleet. De esta manera, la Alianza se aseguraba el mantenimiento del orden en la región bajo el control Cardassiano, mientras que el gobierno Cardassiano era a su vez manejado por las tres fuerzas ahora imperantes en el Cuadrante Alfa. Sin embargo, mientras los Klingon y los Romulanos se repartían el territorio Cardassiano, la Zona Desmilitarizada continuaba bajo control de Cardassia...algo que los Maquí no estaban dispuestos a aceptar. Desde luego, la Flota tampoco toleraría un nuevo foco de disturbios en un sector ya de por sí complicado.- ¿Qué...que esta pasando?- murmuró entre gemidos Sebastián Castillo- Al parecer la dosis surtió efecto.- exclamó Ze´Rito- ¿Dónde estoy?- preguntó desconcertado.- Estamos en una especie de base Maquí.- comenzó a explicar Elina.- Cuando ingresábamos en la Zona Desmilitarizada fuimos interceptados por varios raiders y no pudimos hacerles frente.-- ¿Dónde esta mi hermana? ¿Saben algo de ella?-- Aquí estoy.- dijo Melissa que acababa de ser llamada por Ze´Rito.- Siento mucho lo que te sucedió hermano, pero realmente no esperaba que fuera así. Desafortunadamente no todo ocurre según lo planeado...-- No entiendo, estas diciendo que todo esto fue planeado....¿No estas en peligro?- Sebastián estaba cada vez mas confundido, su cabeza le dolía mucho y estaba muy cansado.- Es una larga historia y mereces una explicación. Todo el asunto de Briktan III me dejó muy confundida. Realmente ya no estaba segura si creía en los valores de la Flota. Me parecía que las obligaciones humanas estaban mas allá de las reglas, y que había actuado correctamente al ir en tu ayuda cuando lo necesitabas. Sin embargo, en la Corte Marcial no opinaron igual. Cuando me enviaron a prisión pense que mi mundo se acabaría, pero en realidad estaba despertando a un mundo nuevo. Dentro de la prisión encontré a muchos que opinaban como yo, varios de los cuales habían integrado las filas Maquí. Poco a poco me fui convenciendo de que su ideal era correcto y que su causa era justa. Thomas Riker y su grupo me hicieron ver la verdad.-- No puedo creer lo que me estas diciendo...entonces desde un principio todo esto estaba orquestado. ¡Y yo preocupándome por tu bienestar! ¡Puse en peligro mi vida, mi carrera y el futuro de mis pacientes en la Asimov por salvarte cuando en realidad no hacías mas que divertirte conmigo!- Sebastián estaba visiblemente furioso.Ze´Rito analizo las lecturas del doctor Castillo preocupadamente.- Será mejor que lo deje descansar señorita Castillo, su estado aún es crítico.-- Es verdad, será mejor que te vayas.- murmuró Sebastián.Elina Vek observó con furia como Melissa dejaba la habitación. “¡Traidora!” pensó. “No merece el hermano que tiene”. Mientras pensaba eso, la Cardassiana vio con asombro como Vreel Lexx dejaba la habitación e iba tras Melissa. “Solo espero que el Comandante sepa lo que hace...”
Segunda Parte: Donde hubo fuego
El Comandante Vreel Lexx alcanzó a Melissa en el centro de la plaza. Los profundos ojos celestes de la joven estaban llenos de lágrimas. El trill no pudo resistir verla llorar y sin dudarlo la abrazó contra su pecho. Al sentirla otra vez cerca recordó su primera cita. Había sentido algo por ella desde la primera vez que la había visto en la Asimov. Durante varios meses, mientras Aldouz examinaba incontables lecturas en busca de nuevos prikmales, la había visto pasearse por los corredores de la nave sin decidirse a invitarla a salir. Dudaba un poco debido a su condición de superior, pero tal vez el hecho de tener tres vidas de experiencia lo convenció de que no perdería nada con intentarlo. Su primer cita fue en el Agujero Negro. Charlaron por varias horas y Vreel pudo ver que había algo mas en esa joven alférez. Podía notarse el deseo de aventuras y de explorar nuevos territorios en todos los comentarios de Melissa, y eso era particularmente atractivo para el Comandante Lexx, siempre en busca de lo desconocido. Esa noche la acompañó hasta su habitación y se despidieron con un apasionado beso. Su segunda cita fue en el holodeck, cuando Melissa invitó al trill a un concierto de Opera Klingon. Desafortunadamente esa cita fue interrumpida...y ya nunca pudieron terminarla. Poco después Melissa fue hallada culpable de desacato y enviada a Nueva Zelanda, aunque el recuerdo de aquella primera cita continuó vivo en los dos...- ¿Por qué haces esto, porque apoyas una causa que no te concierne y que no hace mas que dañarte?- preguntó Vreel Lexx.- ¡Es que nadie entiende que los valores de la Flota son una farsa! Sus líderes se llenan la boca hablando de igualdad y respeto a la vida pero eso solo rige para los ciudadanos de primera. Aquí en la frontera solo importa la ley del mas fuerte. Si es del interés de la Flota, la igualdad y el respeto a la vida desaparecen bajo intereses políticos. Si a un funcionario en la Tierra o a algún Almirante le conviene, se entregaran planetas al enemigo sin importar quienes vivan ahí. Ante estos casos, ni hay igualdad ni hay respeto. Eso si, si a algún capitán le concierne, es capaz de dejar morir a sus propios oficiales para respetar la primera directiva sin que le importe un bledo su vida o su familia. Mientras tanto, sus superiores violan todas las leyes y dejan desangrarse a decenas de mundos llenos de almas federales. ¡No me pueden decir que esta no es mi causa! Esta causa es de todos.- Melissa se separó del Comandante y comenzó a caminar hacia su casa.- Puede ser, pero en este momento lo único que estas logrando es distanciarte de la persona que mas te importa en el mundo: tu propio hermano.- - Mi hermano vive envuelto en mentiras. No puede ver mas allá de las reglas que el sistema le impone.- Melissa decía esto y caminaba rápidamente, seguida de cerca por el Comandante - Ha sufrido tanto que cualquier decisión personal, cualquier elección por su cuenta, lo hace dudar. Nunca se arriesga para nunca equivocarse. Nunca se cuestiona sus pensamientos para así nunca decepcionar a nadie. Nunca se aparta de su trabajo. Tal vez es hora de que despierte un poco y vea que existen otras caminos en esta galaxia...y que su hermana tomó uno.-- Solo espero que ese camino no te aleje mas de mí...de nosotros. No se si realmente la causa Maquí sea del todo sincera y del todo correcta. Aun si fuera justa, no creo que los medios que utilizan sean válidos...-Melissa se detuvo frente a una puerta grisácea. Habían llegado a su casa.- Mas allá de lo que pienses, yo he encontrado en los Maquis mi verdadera ideología. Una ideología que se guía por los sentimientos reales y no solo por políticas frías, que valora el precio de todas y cada una de las vidas y esta dispuesta a sacrificar lo necesario por salvaguardarlas. Ahora lo único que necesito para ser feliz es recuperar el fundamento para mis acciones. Necesito a mi hermano. Te necesito. No quiero quedarme sola...- una nueva lagrima rodó por la mejilla de Melissa Castillo.El Comandante Vreel Lexx se acercó lentamente a la joven y la besó en los labios con suavidad. Otra vez los recuerdos invadieron su mente.- Vreel, extrañe tanto esto.- exclamó la joven mientras rodeaba sus brazos por el cuello del Comandante, besándolo con más pasión.- Yo también, desde que dejaste la Asimov sueño con este momento.- respondió el trill.Melissa abrió apresuradamente la puerta de su casa y ambos entraron. Se besaban con pasión sin recordar las diferencias de ideología que los separaban. El deseo había dejado de lado a las intrigas y la política y había abierto el camino para que resurgieran los sentimientos escondidos. Ahora, en ese casa de una colonia perdida en la galaxia eran solo dos almas consumando lo que tantos meses atrás había sido postergado.
Tercera Parte: Inocencia perdida
Sebastián Castillo había vuelto a dormirse. Ze´Rito le había administrado un calmante y ahora descansaba apaciblemente. Elina Vek, mientras tanto, no le quitaba los ojos de encima. Toda esa situación la incomodaba. Si hubieran estado en la Asimov, el Doctor Castillo se hubiera recuperado enseguida, pero con los instrumentos de la base Maquí las condiciones eran distintas. ¡Y todo por ir en busca de esa traidora!Mientras pensaba esto, Ro Laren y Thomas Riker ingresaron en la habitación.- ¿Cuál es la situación Ze´Rito?- preguntó Thomas.- Al parecer se esta recuperando. Tuve que darle un calmante luego de que se entero que su hermana era uno de los nuestros.-- Tendrá que acostumbrarse a la idea. Y más ahora que los Maquis volverán a ser reconocidos.- exclamó Ro.- ¡Ustedes no tienen vergüenza!- gritó indignada Elina Vek.- La condición del Dr. Castillo es crítica y en lo único en que piensan es en su propio beneficio.-- Discúlpeme señorita, pero creo que no tiene muy en claro cuales son nuestras intenciones. Lo único que queremos nosotros es que nos devuelvan lo nuestro.- la interrumpió Thomas Riker- Estos planetas nos pertenecen, nuestras familias y amigos los trabajaron y a ellos les corresponde habitarlos, mas allá de los que piensen en la Tierra o Cardassia Prime.-- ¡¿Y cuantas vidas inocentes están dispuestos a sacrificar mientras tanto?! Porque no solo la vida de Sebastián Castillo es la que esta en juego.- - Las muertes, por mas dolorosas que sean, son inevitables...-- ¡La muerte de mis padres también fue inevitable!- exclamó indignada la alférez.- Ustedes los mataron, cuando ellos lo único que deseaban era la paz. Mis padres eran Embajadores en la Tierra del Consejo Civil Cardassiano y siempre estuvieron a favor de un acuerdo que incorpore los reclamos Maquis. Incluso esa fue una de las razones por la cuál fueron destituidos y enviados de regreso a Cardassia.- Elina sabía que otra de las razones había sido su ingreso a la Academia. El Comando Central no toleraba que la hija de sus Embajadores en la Tierra fuera parte de Starfleet.- En el viaje de regreso, la nave de mis padres fue atacada por raiders Maquí y destruida. Fueron asesinados solo para usarlos como un ejemplo de lo que ocurriría si continuaban oponiéndose a los intereses Maquí. ¡Mis padres eran inocentes y sin embargo a ustedes no les importó!- - Debo recordarle que nosotros nunca deseamos convertirnos en terroristas. Fueron la Federación y la Unión Cardassiana quienes nos obligaron a defendernos por nuestros propios medios. La muerte de sus padres seguramente no fue en vano.-- Además, - interrumpió la Bajoran Ro Laren- no les corresponde a los Cardassianos proclamar ninguna clase de inocencia. Durante toda mi infancia tuve que ver como mis amigos y mi familia eran torturados y asesinados por ustedes. Nos moríamos de hambre en las calles de Bajor mientras ustedes robaban nuestro pan. Esas eran víctimas inocentes, hombres y mujeres cuyo único crimen fue haber nacido en Bajor durante la Ocupación. Sus padres pertenecían a un gobierno asesino a quien no le bastó con dejar a Bajor en ruinas, sino que también necesitó arrasar con el hogar de toda esta gente en la Zona Desmilitarizada. Por más buenas intenciones que hayan tenido, sus padres eran cómplices.-Las miradas de Ro Laren y Elina Vek se cruzaban con furia. Allí estaba concentrado el odio entre las dos razas. Elina Vek había tenido que soportar el estigma de ser Cardassiana durante toda su juventud en la Tierra y durante la Guerra del Dominio. ¡Y ahora también la acusaban de ser hija de genocidas! Ella no era culpable de los crímenes de su raza. Por otra parte, Ro Laren había sufrido en carne propia la crueldad Cardassiana durante la Ocupación. Su padre también había sido asesinado injustamente. ¡Y ahora esta insolente la acusaba a ella de matar vidas inocentes Cardassianas! Ningún Cardassiano es inocente si vivió durante la Ocupación y no se opuso a ella.En ambos bandos había perdedores. - Ahora si todo sale bien, no serán necesarias mas muertes.- dijo Thomas Riker tratando de quebrar el incómodo silencio.- En cinco días lanzaremos un último ataque a las fuerzas Cardassianas en el sector. Será un ataque devastador, ya que los Cardassianos no tienen mucho con que defenderse. Sin el control Cardassiano, y con la Federación ocupándose de su propia reconstrucción interna, toda la Zona Desmilitarizada se convertirá en un caos, y los Maquí podremos imponer nuestro propio control. ¡En menos de dos meses podremos proclamar la independencia de ambos bandos!-Mientras decía esto, la mirada de Riker se perdía en el infinito. Había un dejo de megalomanía en su voz, como si todo lo hiciera por convertirse en un héroe, por estar a la altura de su propio nombre.
Cuarta Parte: La venganza cobra forma
Era de noche en la base Maquí. En una habitación oscura, Vreel Lexx y Melissa Castillo dormían abrazados. De repente, el Comandante trill se despertó exaltado. Había tenido una pesadilla. Sabía que lo que había hecho estaba mal. Por mas que él la amara, Melissa seguía siendo un criminal, miembro de una organización enemiga de la Federación. No podía continuar con eso. La hermosa joven se movió entre sueños, y abrazó al Comandante Lexx con mas fuerza, dejando al descubierto su espalda desnuda. “Mañana haré algo” pensó el trill mientras acariciaba suavemente a Melissa.Cerca de allí, en la Enfermería de la base, Sebastián Castillo se movía entre sueños. Las medicinas lo estaban haciendo delirar y no había nada que pudieran hacer para impedirlo. Elina Vek se deslizó de su asiento y se dirigió hacia una esquina del cuarto, lejos del guardia que vigilaba la puerta desde afuera. Se quitó lentamente la bota derecha y oprimió un pequeño botón cerca del taco. La suela se desprendió mecánicamente, dejando al descubierto un compartimento secreto. Con cuidado, extrajo un par de extraños instrumentos. Repitió el proceso con su bota izquierda y extrajo otros aparatos diferentes. Con cuidado, ensamblo las piezas y en menos de un minuto tenía en sus manos un transmisor de largo alcance.De repente, Elina se sobresaltó. Alguien se acercaba a la habitación. Rápidamente ocultó el transmisor entre su ropa y volvió a su asiento donde pretendió estar dormida. El doctor Ze´Rito ingreso en el cuarto y observó las lecturas de Sebastián Castillo. La herida en el brazo había sanado fácilmente, pero el golpe en su cabeza no mejoraba. Ze´Rito parecía muy preocupado. Tomó un hipospray y recargó la dosis de medicina. Era necesario que el hematoma en el cerebro de Castillo se disipase. Luego de inyectar a Castillo, el doctor dejo la habitación.Elina estaba otra vez sola. Sacó el pequeño transmisor e ingresó varios códigos. Como lo supuso, la Spina estaba aún en la órbita del planeta. Sin mucho esfuerzo consiguió acceder a los comandos de la computadora. Elina estaba preparada para una situación como esa. Ingresó un par de códigos de acceso, y sin problemas estableció una comunicación con la Deep Space 9. Una mujer rubia y con aspecto severo apareció en la pequeña pantalla del transmisor de Elina.- Elina Vek reportándose.- susurró- Estabamos esperando su llamado señorita Vek, ya comenzábamos a preocuparnos. Habla la Almirante Nechayev.- - Almirante, no tengo mucho tiempo. Le transmitiré las coordenadas de la base Maquí. La incursión de la Flota deberá hacerse lo antes posible. Thomas Riker tiene pensado atacar las bases Cardassianas en cinco días.- continuó Elina Vek.- Muy bien alférez.- exclamó la Almirante mientras recibía la ubicación exacta de la base Maqui.- En estos momentos, la fuerza de invasión mas cercana esta a dos días de allí. Si todo sale bien, los Maqui podrán ser detenidos. Ha cumplido su misión a la perfección. Puede asegurarse mi recomendación para un ascenso. Nechayev fuera.-La transmisión se cortó y Elina Vek se relajó en su asiento. Había logrado su cometido. La capitana Jefferson había recibido un comunicado de la Almirante Nechayev poco después de descubrirse que uno de los fugitivos de Nueva Zelanda era Melissa Castillo. Los vínculos Maqui de Melissa eran ya conocidos en la Flota, y pocos creyeron que fuera un rehén. Sin embargo, prefirieron utilizar la ingenuidad de Sebastián como carnada para conseguir que fueran llevados hasta la base secreta Maqui. Incluso el hecho de ir en busca de Melissa sin el apoyo de la Flota Estelar era parte del plan. Si los Maqui creían que la verdadera intención del Doctor Castillo era rescatar a su hermana sin importar las consecuencias, nunca imaginarían que en realidad era un operativo encubierto para descubrir la base secreta. La alférez Vek y el comandante Lexx habían sido asignados a esa misión por la capitana Jefferson y sin el conocimiento de Sebastián. Elina recordó al Comandante y se preguntó que estaría haciendo. “Debe saber que la invasión de la Flota es inminente” pensó “Solo espero que se encuentre bien”. Pocos segundos después, Elina se quedó profundamente dormida. Por fin su venganza hacia los Maqui se estaba concretando.
Quinta Parte: Doble traición.
Vreel Lexx volvió a despertar. Esta vez estaba solo en la cama, pero un aroma a hierbas invadía la habitación. Melissa Castillo salió de la pequeña cocina con un par de tazas humeantes y se acercó al Comandante.- No hay nada mejor que un desayuno no replicado para comenzar el día. Es difícil conseguir replicadores para la base, pero volver a saborear las cosas de manera natural también tiene sus beneficios.- dijo la joven mientras volvía a acostarse.- Buenos días Melissa. ¿Sabes algo de tu hermano?.-- Hace media hora e comunique con Ze´Rito. Me dijo que su situación es inestable pero que era mejor que no lo visitara por el momento. Parece que le afecto bastante mi visita de ayer.-Vreel Lexx tomo un poco de la bebida que le había preparado Melissa. Era café vulcano, su preferido, y realmente sabía diferente al replicado. El comandante no se sentía cómodo en absoluto. La noche anterior se había dejado llevar por sus impulsos, pero ahora su conciencia le estaba haciendo ver que esa relación no podía funcionar. Sentía que estaba traicionando a toda su gente. Sin embargo, también sentía algo especial por la joven.- Melissa, tengo que hablarte.- comenzó el trill.- Si, te escucho.-- Creo que...-El Comandante no pudo terminar con la frase debido a que el intercomunicador de Melissa comenzó a sonar. La joven Maqui se levantó y recibió la llamada. Lentamente su cara se transformó. Ahora parecía muy preocupada. Cortó la comunicación y se quedó paralizada frente a la cama.- ¿Qué sucede?- preguntó el Comandante- Al parecer Sebastián no estaba tan estable como creían. Hace unos minutos comenzó a tener convulsiones y no responde a la estimulación cerebral. Debo ir a verlo cuanto antes.-
Cuando llegaron a la Enfermería encontraron a Elina Vek sentada en la puerta de la habitación. Se veía en sus ojos una gran preocupación. Junto a ella estaba Thomas Riker, que caminaba de un lado a otro del pasillo, preocupado por la salud de su “invitado”. Definitivamente le serviría mucho mas vivo que muerto. El doctor Ze´Rito se acercó al grupo al ver que Melissa y Vreel Lexx ya habían llegado.- ¿Qué es lo que pasa Doctor?-- Estamos haciendo todo lo posible por recuperar su actividad cerebral. Esta en una especie de coma y no responde a nuestros estímulos. Podríamos recuperarlo fácilmente si tuviéramos un estimulador de cerebelo, pero aquí en la frontera no hay posibilidades de conseguir uno...Si sigue así no creo que pueda sobrevivir esta noche.- explicó Ze´Rito.- No puede ser...- exclamó Melissa cubriéndose la boca con su mano.Thomas Riker la abrazó y la llevo hasta una esquina del pasillo para consolarla. Elina Vek tampoco podía creer lo que estaba sucediendo.- Esto no podría ser peor. En cualquiera de nuestras naves ya estaría recuperado.- murmuró Vreel Lexx- Lo peor de todo es que ayer logre comunicarme con Nechayev, como habíamos planeado, y hay una Flota de naves de la Federación viniendo hacia aquí, pero tardarán por lo menos un día mas en llegar. Tenemos que hacer algo.-Vreel Lexx se sorprendió. Había olvidado que su verdadera misión era descubrir la ubicación de la base secreta Maqui. La situación se estaba yendo de sus manos y ahora estaba por perder a uno de sus hombres. Mientras, Melissa y Thomas Riker discutían en el rincón.- ¡Por favor, es necesario que llevemos a mi hermano hasta la Deep Space 9! ¡Esta muriendo!- sollozaba la joven.- Lo siento mucho Melissa, pero no es posible arriesgar la ubicación de nuestra colonia solo por una persona. Hicimos todo lo que pudimos según nuestros recursos. Si tu hermano muere, será porque la Federación nunca estuvo dispuesta a darnos lo mínimo necesario para subsistir. Lo lamento de verdad.- Thomas Riker giró sobre sus talones y se fue a través del pasillo dejando a la joven sola. Melissa no podía creer lo que había oído. La persona en quien mas confiaba le estaba dando la espalda y ahora su hermano podría morir por eso. Estaba otra vez entre la espada y la pared. Pensó un segundo y se volvió hacia Vreel Lexx y Elina Vek.- Deben venir conmigo.- les dijo.Los tres abandonaron la Enfermería, mientras Sebastián continuaba conectado a los anticuados estimuladores cerebrales. Caminaron rápidamente a través de la plaza y en seguida llegaron a la casa de Melissa Castillo, donde el café vulcano aún humeaba junto a la cama, y su aroma podía sentirse fuertemente.- Aquí tienen.- les dijo Melissa entregándoles un pad de datos.- Estos son los códigos para transportarse a uno de los raiders Maqui que orbitan el planeta.-Elina y Vreel la miraron sorprendidos. Les estaba dando la llave para huir.- Si toman el raider y siguen las coordenadas que tienen en ese pad, pueden atravesar las Tierras Baldías antes de que siquiera descubran que no están.- continuó.- ¿Porque haces esto?.- le preguntó Elina Vek bastante asombrada.- No puedo ver que dejen morir a mi hermano. Ya una vez perdí todo por salvarlo, y no dudaría en volver a hacerlo. Por favor, apresúrense.- Melissa sabía que la descubrirían, pero realmente no le importaba. Lo mas importante para ella seguía siendo su hermano.Elina Vek sacó de entre su ropa el pequeño comunicador y comenzó a ingresar los códigos del pad. Mientras, Vreel Lexx tomó del brazo a Melissa y la llevó hasta la pequeña cocina.- No es posible que te quedes aquí. Debes venir con nosotros. Si logramos escapar te descubrirán y el resultado puede ser peor que lo que te espera en territorio de la Federación.- le dijo Vreel.- Entiendo todo eso, pero mi lugar sigue estando aquí. Por más que vuelva a la Federación seguiré pensando que debo ayudar a la causa Maqui...-- ¿Por más que hayan hecho con tu hermano lo mismo que la Flota?-- No es lo mismo, la situación es diferente y hay muchas vidas en juego aquí. Ellos me necesitan. - respondió Melissa.Vreel Lexx la observó un segundo. Era tan hermosa y tan valiente. Seguía sus convicciones hasta las últimas consecuencias. Se preguntaba que pasaría cuando las tropas de Starfleet ingresen en la base. Seguramente los Maquis se defenderían, pero finalmente serían detenidos por la Federación. Tal vez habría muchos heridos...tal vez Melissa muriese en el ataque.- Esta bien. – continuó el Comandante.- Si no nos acompañaras debo decirte algo. La base Maqui ha sido descubierta. Hay un invasión de la Flota programada para mañana mismo. Es de vital importancia que salgas de aquí, o podrías resultar dañada en el ataque. Por favor, debes escucharme.-El Comandante Vreel Lexx estaba violando muchas leyes de la Flota y podría ser destituido de su cargo si se descubría que estaba dándole esa información al enemigo. Una vez más sintió que su conciencia lo castigaba. Sin embargo, algo dentro de él también le decía que lo que estaba haciendo era lo correcto, tal vez algún rasgo rebelde de sus vidas anteriores. Y sus sentimientos eran mas profundos que cualquier ideología. - Prometo escucharte. No te preocupes, todo saldrá bien.- le respondió la joven mientras una triste sonrisa se dibujaba en su rostro.- Comandante, ya estamos listos.- le dijo Elina.Vreel Lexx besó una vez mas los labios de Melissa Castillo. Tal vez sería la última vez que podría verla, pero eso era lo mejor. Los ojos de la joven se llenaron de lagrimas mientras los haces de rayo transportador elevaban a la alférez Vek, el comandante Lexx y el doctor Castillo fuera del planeta.
En el Noticiero Interestelar del día siguiente, cuando los tripulantes estaban otra vez sanos y salvos en la Asimov, se transmitió la noticia:“...una incursión en gran escala en una base Maqui. El éxito estuvo asegurado debido al factor sorpresa, que encontró a los rebeldes completamente desprevenidos. Al parecer, la ubicación fue descubierta por un operativo secreto de infiltración. En la base pudo hallarse, según fuentes oficiales, un arsenal que iba a ser utilizado contra objetivos militares Cardassianos. La base parecía estar comandada por el recientemente fugitivo Thomas Riker, quien fue otra vez atrapado. No hubo víctimas mortales en el ataque, pero se sospecha que algún rebelde puede haber conseguido huir. La joven Melissa Castillo, quien en un primer momento se creyó que podía haber sido tomada como rehén y luego se descubrió su participación en el operativo Maqui, aún no ha sido hallada...”
Marplanauta14/12/02

Episodio 8.
Justicia Terrenal, Justicia Divina, Parte I.

Primera Parte: La Fuga
Federación Unida de Planetas, Sector 001, Planeta Tierra
Una sombra atravesaba los campos abiertos de Nueva Zelanda. Su figura se recortaba entre las luces que marcaban el camino a las escasas naves que de vez en cuando sobrevolaban la zona. Lentamente avanzaba ocultándose bajo el césped crecido donde todos los días el ganado se alimentaba. En el siglo 24, la isla de Nueva Zelanda, que junto con Australia había sido uno de los últimos países en unirse al gobierno global, era uno de los últimos lugares en la Tierra donde todavía existían espacios abiertos de campo para los animales. La sombra se dirigió a una pequeña cabina en el medio de la nada. Al acercarse pudo ver el logo de la Flota Estelar, alrededor del cual podía leerse en letras mayúsculas “Prisión Federal de Nueva Zelanda- Transmisor de Energía”. La sombra parecía haber encontrado lo que buscaba. De su bolsillo extrajo un antiguo comunicador que produjo un chasquido al abrirse.- Alfa 1 en posición y listo para entrar en acción.- susurro la sombra- Lo oímos Alfa 1. Alfa 2 y Alfa 3 ya han informado que están también en posición. Faltan 10 segundos para la hora cero.--Entendido.-La sombra saco de entre sus pertenencias una nueva herramienta. Era un tricoder modificado y lo apunto directamente a la cabina eléctrica. Una distorsión surgió del tricoder hacia la cabina, provocando un extraño zumbido. De repente, las pocas luces que podían vislumbrarse en el campo se apagaron. Ahora la sombra no podía distinguirse entre tanta oscuridad...
La prisión de Nueva Zelanda era un caos. Oficiales de la Flota corrían de un lado hacia otro tratando de organizar la situación. Al parecer, la energía había sido cortada. Todavía no se sabia si había sido un sabotaje, pero debían estar alerta ante cualquier eventualidad. El escuadrón 5 de vigilancia, liderado por el Comandante Mercury, se dirigía hacia el Pabellón Norte de la Prisión, donde estaban los principales prisioneros. Su misión era contener las salidas del Pabellón para evitar cualquier fuga. Al parecer, la mayoría de los prisioneros allí no se habían percatado de la falla de energía. Mercury condujo a su escuadrón hasta la entrada del Pabellón. Eran 7 hombres fuertes y bien armados, nadie podría escapar a través de esa salida.A pesar de que lo mas inteligente era mantenerse allí, evitando que algún prisionera logre evadirse, Mercury ordeno a sus subalternos que ingresaran en el Pabellón Norte. Los hombres avanzaron cuidadosamente, tratando de ver si algún prisionero había dejado furtivamente su celda para probar su suerte. Tres oficiales iban al frente y otros tres protegiéndoles la espalda, mientras que el Comandante Mercury iba un poco mas rezagado. Avanzaron 50 metros hasta una bifurcación en el pasillo, donde Mercury les ordeno girar hacia la izquierda.- Pero Comandante, - exclamo un joven alférez- este pasillo no tiene salida...-Antes de que pudieran reaccionar, desde las sombras varios prisioneros los atacaron. Era una emboscada. Inesperadamente, el Comandante disparo a los 3 hombres que iban en la retaguardia mientras que algunos prisioneros atacaron con todo lo que tenían a mano a los 3 que iban adelante. En pocos segundos, el escuadrón 5 había sido reducido y los prisioneros contaban con varios rifles phaser. De entre los prisioneros surgió una figura que avanzo hacia Mercury. Estaba descuidado, como si hubiera pasado varios años en esa prisión.- Gracias Jimmy, te debo una.- dijo dirigiéndose al Comandante.- No te preocupes Thomas. No hay tiempo para charlas, toma estos comunicadores. Con ellos debes contactarte con la nave desde donde te transportaran fuera de aquí...Deberás ir al centro del Pabellón, las paredes aquí impiden la transportación.-El prisionero, junto con los otros corrieron a través del pasillo hacia el centro del Pabellón Norte. Poco antes de llegar allí, Thomas se detuvo en una celda donde una pequeña mujer se acurrucaba en una esquina.- Ha llegado la hora de irnos niña.- le dijo Thomas apuntándole con su rifle phaser.La joven se levanto lo mas rápido que pudo y avanzo junto con Thomas hacia el centro del Pabellón Norte. Llegaron sin dificultad, pero una vez allí, desde las torres de vigilancia comenzaron a dispararles. Thomas oprimió el comunicador, mientras eran rodeados por una lluvia de disparos. Dos de los prisioneros fugitivos cayeron abatidos, antes de que el rayo transportador pudiera fijar su señal para sacarlos de allí.Fueron transportados a una pequeña nave orbitando la Tierra. Era un viejo carguero Talhosiano, perdido en el trafico de la Tierra. Miles de naves grandes y pequeñas iban y venían en la órbita terrestre. Era imposible que detecten en cual de ellas estaban los fugitivos. El carguero giro en redondo, avanzo lentamente y se predio en el horizonte sin dejar rastros.
El Noticiero Interestelar transmitió la noticia a todos los rincones del Cuadrante:-...se trato de un sabotaje. Al parecer, un grupo terroristas vinculados con los antiguos Maquis logro quebrar la seguridad de la Prisión. Según información oficial, la lista de fugitivos asciende a 5, todos salvo uno tienen antecedentes Maquis. El fugitivo mas notorio es W. Thomas Riker, capturado en territorio Cardassiano cuando en un atentado Maqui, robo la U.S.S. Defiant e intento destruir los Astilleros Cardassianos en el sistema Orias. Riker fue encerrado en una prisión Cardassiana de Leison II hasta que, durante la Guerra del Dominio, la prisión fue liberada por tropas Klingon. Al parecer, Riker fue nuevamente encerrado, esta vez en la Prisión de Nueva Zelanda, de donde se fugo anoche. Otro prisionero que llama la atención es Melissa Castillo, que cumplía un año de prisión por desacato y que al parecer no tiene ninguna vinculación con los Maquis. Se cree que puede haber sido tomada como rehén para...- la noticia no tardo en llegar a la U.S.S. Asimov
Segunda Parte: Los Maquis
Durante varios años, los Maquis fueron un dolor de cabeza para la Federación y los Cardassianos. Al parecer, el Tratado de Paz entre ambas potencias estableció una Zona Desmilitarizada donde las cosas no eran tan pacificas como parecían. Los planetas habitados anteriormente por ciudadanos federales pasaron a formar parte de territorio Cardassiano, pero ellos no estaban dispuestos a abandonar su hogar. A pesar de que el Tratado de Paz lo prohibía, los Cardassianos realizaron continuos ataques para provocar que los federales dejen esos planetas en manos cardassianas. Ante la inacción de las tropas de la Flota Estelar, los habitantes de la Zona Desmilitarizada decidieron armarse en contra de la agresión Cardassiana. Se formo entonces el grupo terrorista Maqui, que luchaba por los derechos de los ciudadanos de la Zona Desmilitarizada, para que puedan conservar su hogar. El surgimiento de los Maquis provoco el rechazo inmediato del Gobierno Cardassiano y Federal. El apoyar a los terroristas hubiera provocado una escalada de agresiones entre ambos gobiernos que podría haber llevado a una nueva guerra que ninguno de los dos deseaba. Los verdaderos valores estaban siendo puestos por debajo de los intereses políticos, por lo que muchos habitantes de la Federación consideraron justos los reclamos de los Maquis, aunque su modo de actuar era ilegal.De manos del Dominio llego la Guerra tan temida, y los Maquis quedaron en el centro del campo de batalla. Los rebeldes fueron masacrados sin que la Federación pudiera ser capaz de defenderlos. Fueron cazados por tropas Jem´Haddar a lo largo de toda la Zona Desmilitarizada y solo muy pocos pudieron escapar. A pesar de que los principales lideres fueron asesinados, varias mujeres y miembros menores pudieron llegar a territorio federal sanos y salvos, pero la organización estaba destruida. Entre estos miembros estaba la joven Bajoran Ro Laren, quien se convirtió rápidamente en la líder de los refugiados.Durante mucho tiempo los antiguos Maquis tuvieron que ver como sus hogares eran invadidos primero por las Cardassianos junto con el Dominio, y luego por fuerzas Breen cuando la Guerra llego a su punto álgido. La Zona Desmilitarizada fue un campo de batalla durante el transcurso de toda la Guerra del Dominio, y muchos sistemas quedaron completamente destruidos, o contaminados hasta ser inhabitables.Pero finalmente la guerra terminó. Los Cardassianos quedaron severamente dañados, luego de deshacerse del control del Dominio. La guerra civil parecía cercana y la miseria comenzaba a resurgir, luego de 5 siglos de haber desaparecido de Cardassia. Ro Laren había llevado furtivamente a los refugiados hasta el sistema Mentaka, donde todavía no tenían conocimiento warp. Allá se establecieron hasta el final de la Guerra y, al ver a los Cardassianos rendidos, comenzaron a ilusionarse con el regreso a casa. Poco a poco comenzaron a repoblar su antiguo territorio en la ex Zona Desmilitarizada. Aquel territorio era aun inestable, disputado por varias potencias como botín de Guerra, a pesar de que ellos lo consideraban su hogar. Ro Laren sabia que debía volver a formar a los Maquis para así defenderse de cualquier posible ataque, debido a la anarquía imperante en la región. No paso mucho tiempo hasta que los Maquis volvieron a ser una fuerza dominante, justo debajo de las narices de la Federación, demasiado ocupada en su propia reconstrucción tras la Guerra. La hora de la venganza contra Cardassia se acercaba.Ro Laren sabia que no podría conseguir un ataque exitoso a Cardassia sola, sino que era necesario recurrir a los antiguos lideres Maquis. Con Michael Eddington y Calvin Hudson muertos, Ro tuvo la idea de rescatar al ultimo gran líder Maqui vivo: W. Thomas Riker. Afortunadamente, Riker había logrado sobrevivir al exterminio Jem´Haddar debido a su conocimiento táctico sobre la Federación. Era mas valioso para el Dominio vivo que muerto. Cuando fue liberado por los Klingon poco antes del fin de la Guerra, había sido torturado por los Vorta hasta quedar casi como un vegetal. En la prisión de Nueva Zelanda fue tratado por los consejeros de la Federación, quienes lograron recuperar la mayor parte de su identidad y su conciencia. Sin embargo, aun debía cumplir la condena por el robo de la Defiant. Los Maquis utilizaron algunos de los pocos recursos que aun tenían en la flota para llevar a cabo el rescate de Thomas Riker, que resulto increíblemente exitoso gracias al factor sorpresa. Ahora, Ro Laren ya estaba en condiciones para organizar el ultimo ataque a Cardassia...
Tercera Parte: Una ayuda inesperada
Sebastián Castillo estaba sentado solo en el Agujero Negro. Había pasado toda la mañana allí, mirando por la ventana hacia el espacio. Su taza de te ya estaba fría, pero eso no le preocupaba. Su mente estaba lejos, pensando en el futuro de su hermana. Poco antes había recibido un comunicado de la Flota informándole que Melissa había sido secuestrada por rebeldes Maquis. Se creía que Melissa, probablemente por su vinculación con la Asimov y los poderosos prikmal, había sido considerada como un rehén de importancia. Sebastián recordaba lo que su hermana había pasado tratando de salvar su vida en Briktan III. La muerte de su madre cuando eran niños los había hecho inseparables, y cuando la vida de Sebastián estaba en peligro, Melissa no dudo ni un segundo en hacer todo lo que estaba a su alcance para intentar salvarlo. Ahora, los papeles parecían haberse invertido. Esta vez era Melissa quien necesitaba su ayuda.- ¿Puedo sentarme con usted Doctor?.- preguntó la capitana, parada junto a su mesa.A Sebastián le costo darse cuenta de que le estaban hablando.- Por supuesto capitán, discúlpeme si no estoy muy atento. Usted sabe lo que paso con mi hermana...-- No se preocupe Señor Castillo, lo comprendo perfectamente. La verdad, se que es tarea del capitán cuidar del bienestar de su tripulación, pero cuando se trata de problemas personales, muchas veces prefiero dejar ese trabajo a personas mejor calificadas que yo, como el consejero de la nave o mi primer oficial. Sin embargo, en este caso en particular me pareció que debía ocuparme personalmente.- dijo seriamente Brittany Jefferson.- Gracias por su apoyo capitán, en verdad lo aprecio.-- Usted sabe que mas allá de lo sucedido, siempre me pareció que su hermana era alguien con mucho valor, tal vez demasiado impulsiva. Me recordaba bastante a mi cuando era joven, aunque yo tenia un poco mas de respeto por las reglas. Fue muy valiente al intentar rescatarlo en Briktan III, sin dudas era lo que cualquier hermana hubiera hecho. Desafortunadamente el portar el uniforme de la Flota nos da muchas obligaciones que debemos respetar.- el tono de voz de la capitana cambio suavemente.- Hay situaciones en las cuales uno debe seguir sus instintos. Esa situación fue una de ellas. Usted podía morir, y ella acudió en su ayuda...pero violó a su paso las reglas de la Flota. Si ella hubiera actuado en calidad de ciudadana de la Federación, la situación hubiera sido distinta, y las reglas hubieran sido otras...no se si me comprende. Desde ya cuente con mi ayuda para todo lo que necesite.- Brittany Jefferson parecía estar diciendo algo mas.Sebastián Castillo reflexionó un momento en silencio, mirando su taza de té. Tomó un sorbo y recién ahí se dio cuenta de que ya estaba frío. Había comprendido claramente lo que le había dicho la capitana. Su hermana lo necesitaba, pero Brittany Jefferson no podía darle el permiso como oficial de la Flota para ir en su rescate. Debía hacerlo por su cuenta. Le costaría mucho dejar a sus pacientes, especialmente a él con la obsesionado que era con su trabajo, pero la decisión ya estaba tomada.- Capitán, pido permiso para tomarme licencia de mis labores en la Asimov.- exclamó sin dudarlo.- Estaba esperando que me dijera eso Doctor Castillo. Obviamente no creerá que yo lo dejare partir solo en una cruzada de rescate ¿no?- la capitana sonrió. Sabía que si dejaba ir a Sebastián solo, tal vez no volvería a verlo.- No entiendo lo que me dice...- murmuró Sebastián, que no podía creer que la capitana le estaba ofreciendo ayuda para intentar rescatar a Melissa.- Es claro lo que usted me esta pidiendo y ya había pensado que esto sucedería.- continuó la capitán.- Si va a ir en busca de su hermana, puedo ofrecerle una pequeña nave civil, y a dos de mis oficiales. Según sabemos, las bases Maquis están ubicadas en las Badlands, por lo que necesitara un piloto experimentado. Elina Vek conoce muy bien la zona y le será de gran utilidad. Además, usted no es el único que se ha mostrado interesado en ir en rescate de la señorita Castillo. El Comandante Lexx me visitó hace una hora y me pidió la misma licencia que usted me esta pidiendo ahora. Me parece que sería mejor que ambos junten fuerzas...- Brittany Jefferson parecía haber pensado en todo. Sebastián la miraba asombrado. Había pasado toda la mañana pensando en como decirle que iría en busca de Melissa, y ahora ella misma le estaba ofreciendo su ayuda. Es más, no solo ponía a su disposición una nave sino que también le ofrecía a dos de sus principales oficiales.- Capitán, no se como agradecerle...- susurró el Doctor.- Deje los agradecimientos para después, ahora tiene una misión que cumplir. Desde este momento queda liberado de sus responsabilidades en la Asimov hasta nuevo aviso.- respondió la capitana Jefferson.Sebastián Castillo salió del Agujero Negro y se dirigió a su habitación. En una hora dejaría la Asimov y debía prepararse. Ahora si podría intentar devolverle el favor a su hermana. Cuando llego a su cuarto, todavía no terminaba de creer lo que la capitán le había dicho. Ella era realmente una persona enigmática. Tenía una apariencia tan fría y calculadora que Sebastián nunca la había creído capaz una actitud semejante. A pesar de lo que parecía a primera vista, Brittany Jefferson también era capaz de torcer un poco las reglas.
Cuarta Parte: Acercandose al destino
Sebastián Castillo despertó de su pequeña siesta. Estaba a bordo del Spina, la nave que le había dado la capitán, rumbo a la Zona Desmilitarizada. Se levantó lentamente y ordenó un poco su ropa. El estar vestido de civil le resultaba un poco extraño. Se acercaba su turno de guardia y debía dirigirse a la cabina. Mientras avanzaba, escucho la voz de Elina Vek.-...y por mas que intento sociabilizar con él no hace mas que evitarme. Yo se que el hecho de que sea Cardassiana puede ser complicado para él, pero este es el siglo 24, debería modernizarse. No puede hacerme a mi culpable de los crímenes de mi raza. Además yo no soy cualquier Cardassiana, si no fuera así, no portaría el uniforme de la Flota. La semana pasada sin ir mas lejos, organice una pequeña reunión de amigos en mi camarote y el hizo todo lo posible por arruinárnosla...-La alférez Vek era famosa por sus reuniones. Antes de que la capitana la designara a la habitación del Alférez Mel Varad, había organizado un par de fiestas que habían sido el comentario de muchos. A pesar de ser Cardassiana, su personalidad era bastante desenvuelta. Tal vez el hecho de haber sido criada en territorio Federal tenia algo que ver con eso. Sus padres habían sido reconocidos miembros del Consejo Civil Detepa.. Fueron designados como Embajadores ante la Federación, por lo que durante la mayor parte de la niñez de Elina vivieron en la Tierra, rodeados por ciudadanos Federales. Los valores democráticos de la Federación siempre fueron inspiradores para la pequeña Elina. Cuando las relaciones entre la Federación y la Unión Cardassiana se hicieron mas complicadas, poco antes del inicio de la Guerra del Dominio, los padres de Elina regresaron a Cardassia, pero ella prefirió quedarse en la Tierra e ingresar a la Academia de la Flota. No fue fácil ser cadete en los años de Guerra, pero pudo superarlo gracias a su atractiva personalidad que la convertía en un miembro popular de toda misión, casi sin importar su raza.- Parece que se ha despertado el sonámbulo- exclamó sonriendo el Comandante trill Vreel Lexx mientras Castillo se acercaba.- En realidad, apenas pude dormir. Me cuesta desprenderme de mi lugar de trabajo. Todo sea por ayudar a mi hermana.-- Estamos bastante cerca de las Badlands. Ya puedo ver lo diferente que esta desde la ultima vez que estuve aquí.- dijo Elina Vek, en el timón de la Spina.La nave avanzaba a velocidad de impulso hacia las Badlands. Ya podían divisarse las mareas de plasma. Los sensores de la Spina giraban descontrolados debido a la interferencia, pero Elina Vek recordaba muy bien como manejar una nave en la región Las corrientes de plasma se movían descontroladamente, avanzando, retrocediendo y retorciéndose de manera asombrosa. Era un espectáculo imponente. - Es increíble que los Maquis hayan logrado sobrevivir en este territorio y luego de la cacería Jem´Haddar.- dijo asombrado Vreel Lexx.- Es una verdadera desgracia.- Elina Vek hablaba seriamente.- Los Maquis no hacen mas que complicar las tareas de la Flota. Son unos terroristas que ya deberían haber sido eliminados.-- Muchos en la Flota creen que sus reclamos son justos.- Vreel Lexx parecía no estar de acuerdo con la opinión de la alférez Vek.- Los Maquis son criminales. Son delincuentes a quienes solo le interesa la anarquía y el poder. Los reclamos de los colonos pueden ser justos, pero los lideres Maquis son en su mayoría mercenarios en busca de fama y fortuna a costa de la vida de los otros.- exclamó la Cardassiana- Yo entiendo que la manera de actuar de los Maquis puede no ser de su agrado, pero podríamos pensar que los colonos de la Zona Desmilitarizada no tuvieron otra opción que volcarse a las armas para defenderse de los continuos ataques a sus viviendas. Ante la inacción de la Flota (muchas veces cuestionada por varios de nosotros) para defender a colonos federales con tantos derechos como usted o como yo, debieron defenderse por si mismos. La verdad no se cual hubiera sido mi reacción en su lugar.- explicó Lexx tratando de establecer su posición.- No se olvide Comandante, que el fin no justifica los medios. La causa puede ser justa, pero nunca es suficiente para que sea necesario el terrorismo.- intervino el doctor Castillo.- Las vidas que ponen en peligro los Maquis, también son de ciudadanos con derechos como usted o yo...o mi hermana.-- La Federación no podía haber actuado de otra manera. Si hubiera intervenido a favor de los Maquis, hubiera estado apoyando el terrorismo en contra del pueblo Cardassiano, por lo tanto eligió de la mejor manera. ¿Alguna vez pensó usted cuantas vidas se hubieran perdido si se desataba una guerra entre la Federación y Cardassia por culpa de los Maquis?.- continuó Elina Vek- ¿Y usted alguna vez vio la manera en que vivía los colonos en la Zona Desmilitarizada? Eso es inhumano. Rechazo completamente desde mi posición la manera de actuar de los Maquis, pero poniéndonos en su lugar, es bastante comprensible...- Vreel Lexx trataba de dejar en claro que comprendía a los Maquis, pero no simpatizaba con ellos.- A decir verdad si estuve en la Zona Desmilitarizada y visite colonias donde la actividad Maqui era abundante. Hasta pude llegar a sentir su dolor, pero nunca pude perdonarles que en su gesta libertadora me hayan hecho una víctima mas. Yo sufrí en carne propia el terrorismo Maqui cuando...-Elina Vek no pudo terminar la frase debido a que la Spina dio un gran sacudón. Una tubería junto al Comandante se desprendió y comenzó a liberar gas refrigerante.- Nos han disparado.- gritó Lexx.- Detecto tres raiders clase Peregrino frente a nosotros saliendo de las Badlands. Al parecer nos estaban esperando.-Uno de las raiders giró sobre la Spina y se ubico detrás de ella mientras las otras dos navecitas se ubicaban delante. La Spina maniobró torpemente intentando evitar ser rodeada, pero los raiders eran mucho mas veloces. La nave ubicada detrás volvió a disparar.- El sistema de escudos esta fallando.- gritó el Doctor.- Tal vez podamos perdernos en las Badlands. Si tan solo lográramos llegar.- exclamó la alférez LexxNo terminó de decir esto cuando otro impacto se sintió en la Spina. Los escudos ya se habían desactivado y el impacto fue directo. La consola del Doctor Castillo estalló en mil pedazos. El Doctor cayó fuertemente al piso. Lo último que vio antes de desmayarse fue a Elina Vek y el Comandante Lexx defendiéndose de los Maquis que acababan de transportarse a la Spina.
Quinta Parte: Capturados
Elina Vek viajaba a bordo de uno de los raiders Maqui. Habían sido capturados y la Spina había sido secuestrada. Junto a ella estaba el doctor Castillo. Al parecer, al estallar la consola se había golpeado fuertemente la cabeza y no reaccionaba. Además, una esquirla había atravesado su brazo, que sangraba bastante. Había sido separada del Comandante Lexx, quien al parecer había sido enviado al otro raider Maqui. La nave no era muy grande por lo que no tenia una celda, por lo que sus captores estaban obligados a tenerla junto a ellos en la cabina de mando, desde donde podía ver claramente hacia donde se dirigían. Había dos tripulantes, ambos hombres. Uno, quien parecía ser el líder, tenía el pelo largo y rasgos indígenas. Elina había oído hablar de colonias de antiguas civilizaciones terrestres en la Zona Desmilitarizada, por lo que no sería extraño que ese Maqui perteneciera a una de ellas. El otro en cambio era Klingon. Eso le extraño mas, debido a que el problema Maqui era entre la Federación y los Cardassianos. Sin embargo, tal vez gracias al Tratado de Paz de Khitomer algunos Klingon se hubieran instalado en territorio Federal. Lo que no le parecía raro es que ante la posibilidad de un enfrentamiento, los colonos Klingon se hayan unido a los Maquis. Lo que no entendía era como habían sido descubiertos. A simple vista, ellos eran solo una nave civil ingresando en las Badlands. Supuestamente nadie sabía cuál era su misión, y ni siquiera que eran oficiales de la Flota. Alguien debía haberles informado...tal vez algún espía. Obviamente todas eran conjeturas.La nave era pequeña, pero fuertemente armada. Los raiders clase Peregrino habían sido modificados por los Maquis para convertirse en naves de guerra a la altura de cualquier runabout de la Federación. A pesar de que la Spina había sido preparada para un eventual enfrentamiento, no habían esperado tal demostración de fuerza de los Maquis. Al parecer los habían subestimado.Elina Vek observó a través del frente de la nave que se acercaban a un planeta. En órbita al planeta había varios raiders similares y otras naves de batalla. Los Maquis estaban prevenidos ante cualquier eventualidad. Rápidamente la alférez memorizó las coordenadas visibles en una pequeña pantalla. Los Maquis parecían haber olvidado la famosa memoria fotográfica de los Cardassianos. Seguramente esas coordenadas le serían de gran utilidad. Tal vez en ese planeta era donde habían llevado de rehén a Melissa Castillo.- Prepárese para ser transportada.- ordenó el poco amigable KlingonAntes de que Elina pudiera hacer nada, su cuerpo se desmaterializó y volvió a materializarse en el planeta Maqui. El doctor Castillo, aun malherido, continuaba en sus brazos. Estaba sola en una habitación oscura y sucia. Afortunadamente había una pequeña ventana por donde entraba un haz de luz. Lentamente se levantó y con esfuerzo logró mirar a través de la ventana. Desde allí pudo confirmar sus sospechas. El planeta debía ser una colonia importante entre los Maquis. La colonia se extendía por donde Elina quisiera observar. Debía tener varios miles de habitantes. La gente iba y venia sin preocuparse por otros asuntos. De repente, Elina oyó un zumbido a su izquierda. Era el sonido de un rayo transportador que materializó al Comandante Lexx, visiblemente golpeado.- Comandante...pense que no lo volvería a ver.- exclamó la alférez.- No se preocupe, puedo estar golpeado, pero aún no me ha llegado la hora de cambiar el huésped del simbionte.- bromeó el trill.Apenas terminó de decir esto, la puerta de la celda se abrió y una hermosa Bajoran apareció. Su pelo era morocho y sus ojos penetrantes parecían demostrar una gran inteligencia Era Ro Laren, líder de la Resistencia Maqui durante la Guerra del Dominio. Junto a ella estaba parado el mismísimo Thomas Riker. Era alto y esbelto, y su barba estaba mucho mas prolija que en Nueva Zelanda. Sonrío amablemente y se acercó a Elina Vek.- Bienvenidos a nuestro humilde hogar. Realmente lamento mucho que los hayan tratado tan rudamente, pero espero que entiendan que no podíamos dejar que tres oficiales de la Flota ingresen en nuestro territorio.- dijo con su voz grave y tranquilizadora.- Este territorio no les pertenece.- dijo indignada Elina.- En verdad, desde que la Federación renunció a él, decidimos sacarle provecho. Al renunciar a estas colonias, la Federación renunció a nosotros también, por lo que no debemos responder a nadie. Este territorio es nuestro.- intervino Ro.- No se porque piensan que somos oficiales de la Flota.- dijo Lexx- Digamos que tenemos nuestra propia manera de obtener información. Ahora, será mejor que nuestro enfermero trate al doctor Castillo, esa herida se ve bastante mal.- respondió Riker.Tanto Vreel como Elina se sorprendieron de la cantidad de información que los Maquis manejaban. Al parecer, sabían exactamente quienes eran y conocían su objetivo. Un joven enfermero se acercó a Sebastián y comenzó a curarle la herida del brazo. Los elementos que utilizaba para curarlo debían tener por lo menos 20 años de antigüedad. La medicina en la colonia debía ser verdaderamente precaria.-¿ Donde estamos? ¿Qué quieren de nosotros?- preguntó insistentemente Elina.- Solamente queremos asegurarnos de que entiendan que nosotros no somos una amenaza para ustedes. Es el gobierno Cardassiano el que debe temernos. Según tengo entendido, ustedes tres vinieron hasta aquí para buscarme, pero yo no respondo ante ustedes. Solo respondo a la ley Maqui.- explicó Riker- Como veo que usted tiene mucha información, voy a ser franco.- dijo Lexx.- No estamos aquí como oficiales de la Flota. Nuestra misión no es desenmascarar a los Maquis ni capturarlo a usted. De eso se encargaran mas tarde, se lo aseguro. Nosotros estamos aquí para buscar a una joven desaparecida justamente el día de su fuga de la Tierra.-- Ahora entiendo...me imagino que debe hablar de Melissa Castillo- exclamó Ro Laren- Es apenas una jovencita - gritó Elina Vek, a quien le indignaba la idea de que tanto ella como sus compañeros o Melissa fueran prisioneros de aquellos terroristas.- No entiendo como pueden haberla secuestrado. ¿En que les puede servir?.-Una joven mujer apareció desde atrás de Riker. Era castaña, de ojos celestes, con un inconfundible lunar junto a su boca. Vreel Lexx la reconoció inmediatamente: era Melissa Castillo.- Lo que yo no entiendo, - dijo la joven acercándose a Elina Vek y apuntándole con un phaser de mano.- es porque piensan que yo fui secuestrada...
Continuará

Episodio 7.
Mamushka.

Primera Parte: Entrevista en la Tierra
La U.S.S. Asimov había regresado a la Tierra. Debido al reciente incidente con los Al Grekôr, la capitana Jefferson y el Embajador Aldouz habían sido llamados para informar al Alto Mando de Starfleet sobre este potencial nuevo enemigo de la Federación. La nave se había acoplado a la estación McKinley y se le estaban haciendo algunas reparaciones por los daños sufridos durante el incidente en Kalanul. Mientras tanto, el resto de la tripulación gozaba de un par de días libres en la Tierra, donde la mayoría de ellos contaba con viejos amigos y parientes.San Francisco era una gran ciudad, habitada por un varios millones de seres de toda la Federación Unida de Planetas. Era definitivamente la ciudad mas cosmopolita de toda la Tierra, debido a que allí se encontraba la Academia de la Flota y los cuarteles generales de Starfleet. Todavía se estaban realizando algunas reconstrucciones luego de los destrozos provocados por el ataque del Dominio, hacia el final de la guerra. Hasta allí habían sido convocados la capitán y el Embajador Aldouz, que se encontraban en esos momentos caminando hacia la sala de los Almirantes. Jefferson recordaba la última vez que había estado allí, cuando se le había asignado la Asimov y la investigación de lo ocurrido en la Zona Neutral Romulana. Desde ese momento su vida había cambiado, y ahora estaba al frente de una de las misiones más importantes de la Flota. Aldouz, junto a ella, observaba todo fascinado. Era la primera vez que estaba en la Tierra, y todo le llamaba la atención.- Capitán, todos estos pasillos, este ambiente, me recuerdan tanto a Iconia.- exclamó el Embajador- Seguramente no pensará lo mismo cuando lleguemos a la Sala de Almirantes.--¿Por qué lo dice Capitán?.- preguntó inocentemente Aldouz.- La misión de la Asimov esta bajo la lupa del Alto Mando de la Flota. Como ya sabemos es de vital importancia para todos que tengamos éxito. Sin embargo, hay personas que opinan que la Federación no debería involucrarse en la búsqueda de los prikmales y mucho menos debería relacionarse con los Romulanos. ¿Ha escuchado hablar del Almirante Kashnikov?- dijo Jefferson mientras giraba en una esquina del corredor.- No capitán -- La Guerra contra el Dominio dejó una gran herida en la población de la Federación. La gente quiere una paz duradera. El Almirante Kashnikov es el líder de una facción ultrapacifista dentro de Starfleet. Ellos opinan que la Federación debe ocuparse de los problemas dentro de sus fronteras y no de los asuntos externos. Ven el pacto con Romulus y la búsqueda de los prikmales como algo que no es de nuestra incumbencia. Mucha de la población civil se ve identificada con los ideales del Almirante Kashnikov y podría llegar a convertirse en el próximo Presidente de la Federación.-- Pero...sin los prikmales todo el universo esta en peligro, esta claro que es de la incumbencia de todos- dijo Aldouz - Veremos que piensan los Almirantes sobre eso.- respondió la capitana al momento en que la puerta de la Sala de Almirantes se abría y ellos ingresaban.En la sala, Brittany Jefferson volvió a encontrarse con el Almirante Setlek, quien le había encomendado su primera misión con la Asimov, y los había ayudado recientemente contra los Al Grekôr. A la derecha del vulcano se encontraban la Almirante Thea de Andor y el Almirante Kashnikov de la Tierra; a su izquierda estaban sentados el Almirante Brmpö de Benzite y la Almirante Greena de Betazed. Aldouz y Jefferson estaban ante el Alto Mando de Starfleet.- Buenos días embajador Aldouz, capitán Jefferson.- saludó Setlek.- No tomaremos mucho de su tiempo. Los hemos llamado aquí para que nos informen personalmente sobre este reciente peligro de los Al Grekôr y sobre el futuro de la búsqueda de los Diez Elementos Originales.-Enseguida, Aldouz pasó a explicarles a los Almirantes sobre los Al Grekôr y su deseo de obtener los prikmales así como también les describió que sucedería si no detenían el draknul a tiempo.- Con todo respeto Embajador, - interrumpió escéptico Kashnikov- ¿existe alguna prueba de que este... “draknul” llevara como usted dice al fin del universo?- Como ya le explique, mi raza ha investigado durante siglos los efectos de un posible draknul y no hay ninguna duda de que llevaran a una involución del universo. Si desea mas información aquí la tiene.- respondió Aldouz entregándole un pad al Almirante con complicados cálculos.- Esta bien, pero según tengo entendido, el draknul, que aún se extiende en la zona neutral, no avanzará hasta territorio de la Federación hasta dentro de bastante tiempo. No veo porque debemos ocuparnos de este asunto habiendo tantas otras prioridades. Según yo lo veo, - continuó el humano- este Draknul es responsabilidad de los Iconianos. A nosotros no nos corresponde arriesgarnos en la búsqueda de los prikmales. Además, la Primera Directiva nos prohibe tomar partido tanto por los Al Grekôr como por Ud. señor Aldouz, hacer lo contrario no será conveniente. Por ejemplo, sin ir mas lejos, el haber intervenido en el sistema Bajoran nos llevó a una guerra cuyos efectos llegaron hasta la Tierra. No creo que estemos en condiciones de afrontar otra...- el discurso de Kashnikov parecía salido de una plataforma política, era indudable que pensaba postularse para Presidente.- Estoy de acuerdo con usted Almirante cuando dice que la Federación aún no esta preparada para afrontar otra guerra, - interrumpió por primera vez la capitana Jefferson- pero el peligro del draknul es enorme. Además, si los Elementos Originales cayeran en las manos equivocadas las consecuencias serian impensables.-- ¿Cuál es el estado de las relaciones con los romulanos en su nave capitán? – preguntó el Almirante Brmpö.- Al principio resultaron bastante incómodas, en especial debido a los problemas ocasionados por el capitán Poltek, pero mas allá de eso resultan bastante útiles. La Comandante M´Rel otorga información valiosa proveniente del Imperio Estelar Romulano que nosotros no podríamos obtener...-- Ese es otro punto que me gustaría objetar, le estamos dando a una delegación de nuestros enemigos históricos la oportunidad de meter sus narices en una de nuestras naves mas avanzadas. Tarde o temprano tendremos problemas a causa de esto. - interrumpió otra vez Kashnikov.- Disculpe Almirante pero debo disentir. El acceso de los Romulanos a los sectores críticos de la Asimov esta sumamente restringido, y mucho más restringido esta su acceso a los archivos de Starfleet. Créame, Seguridad de la Flota se ocupó de que ni M´Rel ni sus compatriotas puedan conseguir más información deentro de la Asimov de la que obtendrían sentados en una oficina de Romulus.-- Creo capitán, que en virtud de las circunstancias, los hechos están a su favor.- intervino esta vez la Almirante Greena.- Hemos comprobado mas de una vez el poder de los prikmales. Es evidente que para usted y para el Embajador es imprescindible continuar con su búsqueda. Puedo sentir que realmente lo creen. Sin embargo, el Almirante Thea también tiene argumentos convincentes. Opino que la capitán debe continuar con su tarea en la medida que nos mantenga continuamente informados y que consiga los Elementos Originales lo más pronto posible, si no es para detener el draknul, para impedir que otro obtenga su poder. -Todos los Almirantes, excepto Kashnikov asintieron.- Creo que esta decidido capitán, puede continuar con su misión. Pero debo advertirle, la Flota no esta en condiciones de afrontar una guerra contra los Al Grekôr. Si no consigue resultados pronto, no podremos mantener esta decisión y deberemos apoyar al Almirante Thea.- dijo seriamente el vulcano SetlekLa capitana salió satisfecha de la Sala de Almirantes, pero con un creciente temor. Era necesario para el futuro inmediato de la Federación y para el futuro lejano del universo que consiga los prikmales. Sin embargo, si la posición de Thea crecía y conseguía llegar a la presidencia, todo su esfuerzo sería en vano
Segunda Parte: Mamushka grande
Mientras Brittany Jefferson era interrogada por los Almirantes, Eneas Hayes estaba ingresando con su pequeño velero al puerto de Sidney, Australia. Había pasado las últimas horas a solas en altamar, navegando por el Pacífico. Definitivamente, era una de las actividades que más apasionaban al Jefe de Seguridad, y cada vez que tenía la oportunidad de volver a la Tierra, donde había pasado sus años de juventud, salía a navegar por la Polinesia. Estando solo, alejado de todo pensamiento ajeno, podía disfrutar de verdadera tranquilidad y relajamiento, de otra manera, nunca podía descansar, salvo utilizando los represores de empatía. Cuando aún estaba en la Academia, había comenzado a usar esas drogas para poder controlarse, pero últimamente estaba sintiendo que se volvía más y más dependiente. Con ellas anulaba parcialmente su capacidad de leer las mentes y cada vez que las dejaba se incrementaba su nerviosismo y su paranoia. Los represores no eran aconsejados por los doctores de la Federación, es más, estaban a punto de ser prohibidos, pero Eneas Hayes se las arreglaba para que el doctor Castillo no las detecte en sus exámenes periódicos.Una vez en el puerto, luego de terminar de ordenar las cosas en el velero, Eneas bajó y comenzó a atar las amarras. Ya no estaba solo, podía sentir las mentes de varias personas en el muelle, pero una le llamó más la atención. Era una mente joven, fuerte, y por alguna razón parecía interesada en él. Giró sobre sus talones para buscar al dueño de esa conciencia y justo detrás de él, a unos metros de distancia, vio que una joven humana lo observaba atentamente. Su pelo era rojo como el fuego y contrastaba con su tez blanca. Lentamente la mujer comenzó a acercarse hacia él, caminando sensualmente por el muelle. Eneas pensó que era hermosa, y a la vez bastante exótica. Su pelo se movía por el viento de la costa, pero afortunadamente no alcanzaba a cubrir sus profundos ojos verdes. Por alguna extraña razón no podía leer su mente, y eso en lugar de importunar a Eneas, le causo más excitación. No era común en el Señor Hayes entablar relaciones con mujeres, debido a que el conocimiento de sus pensamientos hacia que cualquier relación sea desconcertante. Esta mujer estaba en completo control de su psiquis y no dejaba que nadie la investigara. Una vez frente a Hayes, la señorita extendió su mano abierta para saludarle a la manera terrestre.- Buenos días, supongo que usted debe ser Eneas Hayes.- exclamó la mujer con un tono de voz acorde con el resto de su cuerpo.Eneas contestó afirmativamente. Antes de que pueda reaccionar, la mujer sacó un phaser y Eneas cayó desmayado.
El betazoide despertó desconcertado. Había bajado la guardia solamente dos segundos y habían sido suficientes para ser engañado. Lentamente miró a su alrededor y descubrió que la mujer estaba sentada justo frente a él. Parecían estar en una habitación de hotel. A través de la ventana podía verse una gran ciudad. Tal vez Nueva York, o Buenos Aires, o Tokio, o cualquier otra ciudad de la Tierra. Los transbordadores civiles volaban de un lado a otro y a lo lejos podía verse el Sol poniéndose. Sentía la imperiosa necesidad de una dosis de represores de empatía.- Menos mal que esta bien señor Hayes. Por un momento creí que lo había dormido para siempre...- exclamó la mujer. Parecía nerviosa y miraba continuamente a su alrededor.- ¿Quién demonios es usted?- el betazoide no pudo evitar gritar. - Mi nombre es Shadra Lumani. Disculpe que haya tenido que aturdirlo, pero era necesario que salieramos cuanto antes de ese muelle, y convencerlo para venir aquí iba a ser demasiado complicado. Acá estoy casi segura de que nadie nos esta oyendo.-- ¿Para que me trajo aquí? ¿Para quién trabaja?- preguntó insistentemente Eneas. Aún no era capaz de leerle la mente.- No se preocupe, soy de los suyos.- dijo la mujer mientras sacaba un comunicador de Starfleet del bolsillo de su chaqueta.- Trabajo en Seguridad de la Flota. Fui asignada hace 5 meses por el Almirante Kashnikov como espía dentro del Imperio Estelar Romulano, para conocer sus verdaderas intenciones en relación a los prikmales que la Asimov esta buscando.- mientras decía esto, Shadra miraba nerviosamente por la ventana.- ¿Alguien la esta persiguiendo? ¿A que le teme? Después de todo estamos en la Tierra, no hay lugar más seguro en toda la Federación.- dijo Hayes.- Yo no apostaría a eso señor Hayes. En Romulus descubrí que existe una conspiración para obtener los prikmales. Parece que la verdadera intención de los Romulanos es ganar el mayor poder posible para así controlar la totalidad del Cuadrante y tal vez de toda la galaxia. Como verá, el premio de obtener los prikmales es bastante grande y capaz de tentar a cualquiera.-- ¿Qué quiere decir con eso?.-- Según mi investigación, los romulanos han logrado poner de su lado a varios tripulantes de la Asimov. Es más, la conspiración salpica hasta a los Almirantes del Alto Mando de Starfleet. El único que parece no estar involucrado es el Almirante Kashnikov, ya que toda esta investigación fue incentivada por él.-- ¿Cómo sabe que yo no soy parte de esa conspiración?- preguntó el betazoide.- Investigamos su historial señor Hayes y es admirable. Se recibió con honores de la Academia de la Flota, sirvió durante 15 años en la U.S.S. Nabucodonosor sin una mancha en su registro, Medalla de Honor por su actuación en la recuperación de Betazed, no parece alguien dispuesto a tirar todo su esfuerzo por la borda. Además, en la Nabucodonosor trabajó bajo el mando del actual Almirante Kashnikov. Él lo recuerda muy bien y cree que usted es digno de confianza.- mientras decía esto, Shadra Lumani sacó de un pequeño bolso el uniforme de la flota.- Supongo que no le molesta que me vista mientras charlamos. Como vera esta habitación no permite mucha privacidad -- Esta bien, pero dígame ¿que tengo que ver con toda esta conspiración?- preguntó Eneas mientras Shadra iba quitándose la ropa y dejando al descubierto su cuerpo. En esas condiciones al betazoide se le dificultaba la concentración, Shadra era realmente impactante.- El Almirante Kashnikov quiere que usted tome los prikmales de la Asimov y los lleve a estas coordenadas donde él personalmente se encontrará con usted.- dijo Shadra mientras le entregaba un pad.- Sus órdenes y la clave personal del Almirante están ahí, como demostración de que lo que le digo es verdad. Con esa clave usted podrá abrir la celda de los prikmales sin ningún problema. Si necesita más pruebas para estar seguro, en un par de días la capitana Jefferson le dirá que deberán ir hacia Romulus porque allí encontrarán el próximo prikmal. Si se ocupa de investigar verá que no es tan así.- Shadra subió lentamente el cierre de su uniforme mostaza.Eneas Hayes no confiaba mucho en ella. Todo le parecía muy raro. Lo había aturdido en Sidney y lo había llevado secretamente ahí y ahora le ordenaba robar los prikmales debido a una extraña conspiración. Todo daba mucho que pensar. Sin embargo, ahí estaba la clave personal del Almirante Kashnikov. El betazoide lo conocía bastante desde su época en el Nabucodonosor y sabía que era un hombre de confianza. Jamás traicionaría a Starfleet y menos ahora que tenía un futuro tan prometedor. Hayes levantó la vista del pad y vio a Shadra Lumani, ahora completamente vestida, otra vez apuntándolo con su phaser.- Lo siento mucho pero es la única manera de que no me sigas el rastro.- le dijo Lumani mirándolo con picardía.El rayo lo durmió en un instante, casi sin sentir dolor. Al despertar estaba otra vez en su velero en el muelle de Sidney sin saber si todo había sido un sueño. Miró a su alrededor y no vio a nadie sospechoso. Definitivamente no podía haber sido un sueño...en sus manos tenia el pad con las órdenes del Almirante Kashnikov.
Tercera Parte: Intrigas en la Asimov
Eneas Hayes ya estaba otra vez en la Asimov. Se rehusaba a creer completamente lo que Shadra Lumani le había dicho, pero su naturaleza paranoica no le permitía alejarla de sus pensamientos. La posible existencia de una conspiración para robar los prikmales llenaba su mente. Lo primero que había hecho apenas había llegado a la Asimov había sido buscar su caja carmesí, donde escondía los represores de empatía. Afortunadamente había podido conseguir una buena cantidad de ellos de mano del dueño del bar ferengi de DS9, durante su última visita a la estación. Sin embargo, se inyectó una dosis menor de la habitual. Pensaba que sus poderes empáticos le serían útiles si quería averiguar sobre la conspiración. Caminando por los pasillos de la Asimov inspeccionaba secretamente la mente de cada uno que pasaba a su lado. La mayoría de ellos pensaba en sus pequeñas vacaciones en la Tierra. Subió a un turbolift donde estaban el Comandante Lexx, el Jefe de Ingeniería Moss y el Doctor Castillo.- Buenos días señores.- dijo mirándolos de reojo y con desconfianza.- Buenos días Señor Hayes.- le respondió el Comandante Lexx. Hayes sintió que lo invadía un gran satisfacción proveniente del trill. Vreel Lexx había visitado Irlanda, donde se había reencontrado con viejos amigos y con una antigua novia.- Se lo ve un poco demacrado, tal vez debería pasar por la Enfermería.- le propuso el doctor Castillo.- Esta bien doctor, es solamente mi habitual dolor de cabeza.- respondió Hayes.Al hablarle al doctor sintió una honda tristeza. Sebastián había visitado a su hermana en la Prisión de la Flota en Nueva Zelanda, donde Melisa Castillo estaba cumpliendo un año de reclusión por desacato y robo de un transbordador de la flota. La tristeza estaba a punto de invadirlo por completo cuando el Bolian “Blue” lo rescato con su habitual charlatanería.- ¿Cómo pasaron su receso? Lo mío fue realmente espectacular. Visite con algunos ex compañeros de la Academia unos nuevos Casinos en Montecarlo donde, dicho sea de paso gane unas cuantas barras de latinuum. Luego fuimos a Johannesburg donde experimentamos lo último en programas de holosuites. Es realmente fascinante como...- el jefe de ingeniería continuó con su charla.Afortunadamente el turbolift se detuvo y Hayes se bajó en la cubierta del Agujero Negro. Los pensamientos de todos en el comedor lo abrumaron. Hacia mucho tiempo que no se sentía tan apabullado. Los represores de empatía lo había desacostumbrado a todo ese griterío mental y ahora no podía controlarlo. Ya le era difícil manejar el trafico de pensamientos antes de comenzar a usar las drogas, pero ahora se había vuelto tan dependiente que el solo hecho de reducir la dosis por un momento lo ponía mucho mas nervioso y paranoico. Le parecía que todo el mundo podía estar conspirando en su contra. Los camareros civiles iban y venían con algunas tazas y copas llenas, sus mentes divagando en pensamientos sin sentido. Los oficiales sentados en las mesas conversaban mientras sus mentes decían tal vez lo completamente opuesto a lo que pronunciaban sus bocas. Todo le parecía falso, todo era armado. En una esquina vio a la capitana Jefferson. No podía dejar que esta paranoia continuara. Debía hablar con ella y contarle lo que le había pasado con Shadra Lumani el día anterior. Después de todo si existía una conspiración la capitán no podía ser parte de ella. Él la conocía hace años y no le tenía desconfianza. Comenzó a caminar hacía la mesa de la capitán Jefferson pero se detuvo en seco. La Comandante M´Rel había aparecido de la nada y se había sentado en la mesa con la capitán. Ahora conversaban bastante amigablemente. Tal vez demasiado amigablemente. Eneas Hayes giró en redondo y enfiló hacia la puerta cuando escuchó una voz a su espalda que le decía:- Señor Hayes, espere, tengo algo que comentarle.-Eneas giró otra vez y se encontró cara a cara con la capitana.- Teniente, quiero que haga los preparativos necesarios. La Comandante M´Rel me informa que Aldouz ha detectado el siguiente prikmal en Romulus.- le dijo Jefferson.La cara de el Teniente Comandante Hayes se desencajó. ¡Romulus! Hacia allá le había dicho Shadra que irían los conspiradores. ¿Qué tenía que pensar entonces? Disimuladamente respondió:- No se preocupe capitán, los arreglos estarán listos antes de que crucemos la zona neutral.-- No espero menos de usted. Muchas gracias.- dijo la capitana mientras volvía a su mesa.El betazoide salió del Agujero Negro y se dirigió apresuradamente a su habitación. Ya estaba casi seguro de que no podía confiar en nadie. Rápido encendió su computadora y se contactó con el Embajador Aldouz.- Buenos días Señor Hayes, ¿en que puedo servirle?.-- Por razones de seguridad me gustaría saber exactamente en que sector de Romulus ha detectado usted el próximo prikmal.- le dijo secamente Eneas Hayes.- ¿Romulus? Debe estar equivocado señor Hayes, Aún no he detectado indicios de ningún prikmal en Romulus. Al contrario, todo indica que deberíamos ir en la dirección contraria.- respondió Aldouz.- No se preocupe Embajador, debe haber sido un error mío.-Apenas el Embajador Iconiano desapareció de la pantalla, el Teniente Hayes intentó accesar información sobre las ultimas comunicaciones entre la Asimov y la capital del Imperio Estelar Romulano. Para su sorpresa, sus códigos de seguridad habían sido cambiados. De la noche a la mañana se le había negado el acceso a toda la información confidencial de la nave. ¡Y él era su Jefe de Seguridad! Ya no quedaban dudas: había una conspiración en la Asimov. No estaba seguro como pero habían involucrado a la capitán en ella. Era necesario por el bien de la Federación que lleve a los prikmal a donde estuvieran a salvo. De una cosa estaba seguro, no podía confiar en nadie salvo en el Almirante Kashnikov.
Cuarta Parte: Mamushka mediana
Esa misma noche, el Teniente Comandante Eneas Hayes, estaba sentado junto a su cama. Entre sus manos tenía el pad con la información confidencial que le había dado Shadra Lumani. El código del Almirante le permitiría ingresar a la celda de los prikmales. La celda era completamente inaccesible, solo aquel que tuviera un código, además del Embajador Aldouz, podria ingresar. Después del incidente con el capitán Poltek se habían tomado todos los recaudos posibles para proteger al máximo los prikmales.Faltaban cinco minutos para el cambio de guardia. En cinco minutos tendría los prikmales en su poder. Salió de su habitación y enfiló hacia la celda. Llegó en el momento exacto del cambio de guardia, cuando la escolta estaba más distraída. Sin problemas les disparó con su phaser y los aturdió. “Este es el momento decisivo, ahora sabré si lo que decía Shadra Lumani era cierto”. Miró atentamente el pad y tecleó la clave en la cerradura de la celda. Se escuchó un sonido extraño y nada sucedió. “No puede ser”, pensó Hayes. Justo cuando estaba por volver a intentarlo, las puertas se abrieron lentamente y el corazón del betazoide volvió a latir.Rápidamente se dirigió al compartimento donde estaban los prikmales. Una vez más tuvo que insertar otra clave del Almirante Kashnikov. El compartimento se abrió y los elementos aparecieron ante Eneas. Allí estaba el medio talismán que habían encontrado en su primera misión en el planeta Drakontos. El talismán brillaba fuertemente. Junto él, Eneas veía por primera vez el segundo prikmal. Tenía una forma cónica y una luz mortecina, mucho más débil que la del talismán. Parecía sucio y frágil, pero Hayes sabía que su poder era inmenso. Por un momento la duda cruzó su mente. ¿Por qué no tomar los prikmales y adueñarse de ese poder? Con un esfuerzo de voluntad alejó la vista de los elementos. Sin mirarlos los tomó y los guardó en un estuche. A toda velocidad se dirigió a la Bahía de Carga y tomo un runabout. Gracias a sus conocimientos como Jefe de Seguridad, ocultó los rastros que iba a dejando por la nave. Abrió la compuerta de la Bahía de Carga y esperó. Según sus cálculos, en algunos segundos el núcleo warp liberaría sus residuos, como lo hacía periódicamente cada 12 horas. La interferencia de esos residuos permitiría ocultar la marca warp del transbordador. Solo notarían su ausencia a la mañana siguiente. Como había calculado, en el momento exacto de la limpieza del núcleo, Eneas Hayes escapó con dos de los diez elementos originales.En menos de dos horas llegó a las coordenadas que Shadra Lumani le había indicado. Era la luna mayor de un gigante gaseoso, el sexto planeta del sistema Risa. No había rastros de Lumani, lo único que los sensores detectaron eran los restos de una base minera abandonada. Eneas Hayes estaba por transportarse a la superficie cuando Shadra Lumani se materializó en el puente de su runabout. Esta vez no tenía el uniforme de la Flota sino un apretado traje de cuero negro con cuello alto.- Es un gusto verlo otra vez, señor Hayes.- exclamó la mujer – Veo que ha cumplido con su misión.- - ¿Dónde esta el Almirante Kashnikov?.- preguntó nervioso el betazoide.- Siento mucho decirle que el Almirante no pudo venir, pero me envió a mi en su lugar.- respondió Shadra acercándose a Hayes.- Puede darme los prikmales sin ningún problema.-- De ninguna manera. Iremos juntos hasta la Tierra y se lo entregaremos a Kashnikov en sus manos.- - Lo siento mucho señor Hayes, pero no me deja otra opción.- Shadra Lumani sacó nuevamente su phaser pero esta vez Eneas Hayes estaba preparado. De un salto cayó en el otro lado del runabout y antes de que la mujer reaccione la tomo por detrás y le sacó el phaser. La arrojó contra el suelo y apuntándole le dijo:- Ahora yo tengo el control. ¿Quién es y para quien trabaja? Pero esta vez sin mentiras, le advierto que el phaser esta puesto en el nivel mayor.-- Esta bien señor Hayes, si usted insiste le diré la verdad. Pero la verdad muchas veces no es mejor que la mentira. Tal vez prefiera mantenerse en su ignorancia.- insistió Shadra.- Hable de una vez.- ordenó- Como ya le dije mi nombre es Shadra Lumani. Pero no trabajo para el Almirante Kashnikov, pertenezco a una rama dentro de la Inteligencia de la Flota llamada Sección 31. Nuestra misión es principalmente buscar y lidiar con peligros potenciales para la Federación.- respondió mientras se ponía de pie y limpiaba el traje negro.- ¿Bajo las órdenes de quien?- Hayes se enfurecía cada vez más.- En realidad no respondemos a nadie, no hacemos reportes ni pedimos autorizaciones. Solamente actuamos cuando es necesario. Si no fuera por nosotros, la historia como usted la conoce jamás hubiera sucedido. Somos autónomos y aunque no lo crea, imprescindibles. Nos ocupamos de mantener los valores y principios que cualquier habitante de la Federación considera inalterables.-- Discúlpeme pero lo que usted dice me parece poco creíble.- inquirió el betazoide.- Pero deberá creerlo porque es la verdad. Actuamos fuera de la ley para asegurarnos que esa misma ley pueda existir. Doblamos un poco las reglas para que no se quiebren.-- ¿Como puede ser que nadie sepa de su existencia ni haya ningún registro de sus acciones?- preguntó entre asombrado e indignado.- La sección 31 existe desde el inicio de la Federación y desde ese momento ha sido su propio juez y jurado. No hay ley ni tratado que controle las acciones de la Sección 31 porque en ellas el bien de la Federación esta por sobre todas las cosas.-- ¿Y para que quiere la Sección 31 los prikmales?-- Hemos descubierto que el poder de estos elementos es demasiado como para darnos el lujo de compartirlo con los otros poderes del Cuadrante. Estos prikmales deben ser de la Federación o no serán de nadie. Le aseguro señor Hayes que lo mismo están pensando muchos Almirantes de Starfleet, al igual que varios miembros del Tal Shiar y el Senado Romulano. Es solo cuestión de tiempo para que alguien más se apodere de ellos. La Asimov esta en la mira de todas las potencias del Cuadrante. Ahora señor Hayes, cuando Starfleet haga uso del poder de los prikmales para convertirse en la mayor fuerza del Cuadrante, usted será convertido en un héroe. Pasará a la posteridad como un prócer, no olvide que la Historia la escriben siempre los ganadores, y la sección 31 nunca pierde.- Esta olvidando un detalle, sin los prikmales no se podrá detener el draknul, que terminará destruyendo todo el universo...-- Pero para que eso suceda es necesario que pase bastante tiempo, y antes de eso debemos asegurarnos de conseguir la supremacía en el cuadrante. Una vez que la Federación sea la dominante, podremos ocuparnos de lleno en ese asunto. No tiene alternativa señor Hayes. Si no desea entregarme los prikmales por las buenas deberá ser por las malas.-Apenas terminó de decir esto, el runabout dio un terrible sacudón que hizo perder el equilibrio a Eneas. De un golpe en la cabeza el betazoide quedó inconsciente. La Asimov había salido de warp justo frente a ellos y había abierto fuego. Junto con la Asimov iban la U.S.S. Bellerofonte, clase Intrepido y la U.S.S. Surak, clase Akira.- Runabout Kala, no ofrezca resistencia.- se escuchó que decía la capitana JeffersonA pesar de las advertencias, Shadra Lumani tomó el mando de la nave y fijó curso hacia el gigante gaseoso. Tal vez dentro de la atmósfera del planeta podría perder el rastro de las naves. Al ver sus intenciones, las tres naves interceptaron al runabout y le dispararon a discreción para intentar detenerlo. Inmediatamente los escudos del Kala cayeron. Un disparo de la Surak destruyó el mando de navegación del runabout, que cayó en picada hacia Risa VI. Antes de que la atmósfera pesada interfiriera la señal, la Asimov fijó el comunicador del Teniente Hayes y lo transportó junto con los prikmales. En pocos segundos el runabout y Shadra Lumani se perdieron en las nubes de azufre y metano. Sin escudos la muerte era más que segura.
Quinta Parte: Mamushka pequeña
Eneas despertó en la Enfermería. El doctor Castillo estaba terminando de curar su golpe en la cabeza y junto a él, la capitana Jefferson lo observaba fijamente. Por alguna razón el betazoide no sintió ira en la mente de la capitana.- Al fin despierta Eneas- le dijo Jefferson-¿ Que pasó? ¿Cómo me localizaron? – preguntó Hayes al recordar lo que había sucedido.- Debo informarle Teniente que ha sido víctima de un engaño. Su táctica para robar los prikmales fue realmente muy buena, pero nosotros estabamos al tanto de todo desde el principio.-- No entiendo, la conspiración secreta, los romulanos...-- Seguridad de la Flota detecto hace poco mas de un mes un plan para robar los prikmales. Usted señor Hayes iba a ser utilizado como herramienta para poder sacarlos de la Asimov. La verdadera conspiración fue planeada por el Sindicato de Orión, en concordancia con un grupo de traidores dentro del Alto Mando de la Flota...-- El Almirante Kashnikov... – murmuró Hayes- Shadra Lumani es miembro del Sindicato de Orión y fue quien planeó todo. El botín en juego alcanzó para tentar al Almirante Kashnikov, quien proporcionó sus códigos secretos para poder acceder a los prikmales. Usted no fue mas que un títere, no podemos culparlo porque actuó de buena fe, siguiendo las órdenes de su superior. Los códigos de Kashnikov son prueba suficiente como para llevarlo a Corte Marcial.-Eneas Hayes se sintió aliviado y a la vez traicionado. Inmediatamente le informó a Jefferson todo lo concerniente a la Sección 31 que le había comentado Lumani.- Seguramente ese es otro de los engaños del Sindicato de Orión, es virtualmente imposible que exista un organismo dentro de la Federación con esas características. Sería como el Tal Shiar o la Orden Obsidiana...Según los registros en la computadora, Shadra Lumani es conocida por ser una experta timadora.-- ¿Donde esta ella ahora?-- Lamentablemente no pudimos transportarla. Usted tuvo suerte porque pudimos localizar la señal del comunicador, pero el transbordador cayó en la atmósfera de Risa VI antes de que pudiéramos hacer algo por ella. Su informe será de mucha importancia para la investigación que Seguridad de la Flota esta llevando a cabo. Ahora teniente, lo dejo descansar, pero espero ese informe mañana a primera hora.- dicho esto Jefferson dejó la enfermería.- Teniente, - comenzó el doctor Castillo- he detectado en su sangre rastros de represores de empatía, debo decirle que no estaba enterado de que los estaba usando...-- Eh, los comencé a utilizar hace poco, la verdad es que no los uso mucho.- respondió Hayes, detectando desconfianza en el doctor. - Como ya sabe, no puedo prohibírselos, pero le recomiendo fuertemente que deje de tomarlos, porque sus efectos secundarios son todavía impredecibles.-- Muchas gracias doctor, pero se controlarme.- aclaró Hayes, no muy convencido- Espero que sea así.-Eneas Hayes se quedó un tiempo meditando. Los represores de empatía le eran de mucha utilidad.. ¿pero a que precio? Ciertamente sentía que le costaba muchísimo dejarlos, y cada vez que lo intentaba se ponía mucho mas nervioso y paranoico. Era un circulo vicioso, cuando los usaba fomentaba su adicción y cuando no los usaba, incrementaba su paranoia. Debía tomar una decisión. Si continuaba tomándolos, debería resignar su puesto en la Asimov, porque no podría ofrecer todo de sí para una misión tan importante como la que estaban llevando a cabo. Era seguro que por efecto de los represores de empatía había sido vulnerable al engaño de Shadra Lumani. No había podido ingresar en su mente, y cuando había reducido la dosis de drogas, la paranoia fue tal que vio conspiraciones todo a su alrededor. Sin embargo, tal vez la paranoia fuera solo momentánea. hasta que los efectos de los represores de empatía se disipen. Ya estaba decidido, no quería dejar la Asimov, así que haría un gran esfuerzo y dejaría las drogas. Pero no estaba seguro de que pudiera soportar la abstinencia o incluso las corrientes de pensamientos ajenos que lo invadirían otra vez. Además, sus obligaciones en la Asimov eran cada vez mas importantes. Ahora no solo debían buscar los prikmales sino cuidarse de los ataques de los Al Grekôr y del Sindicato de Orión. Debía tener sus seis sentidos alerta al máximo.
Sexta Parte: Mamushka final
Esa noche, el teniente Hayes estaba en su habitación. En su mente repasaba los hechos de aquel día y como había sido manipulado una y otra vez. Definitivamente debía dejar esas drogas. Pero sin embargo deseaba tanto tomarlas. No podía dormir pensando en ellas. Giraba una y otra vez en la cama. Se levantó y caminó por su habitación. ¿Cómo podía haber sido engañado tan fácilmente? ¿Cómo había caído en los brazos del Sindicato de Orión sin darse cuenta? ¿Cómo haría para soportar la abstinencia? ¿Sería realmente por culpa de los represores de empatía? Tal vez solo había sido un desliz, una pequeña confusión. Cualquiera puede tener un error en su vida. Las drogas no podían ser tan malas ¿o si?. Una dosis más no podría hacerle daño. Sin pensarlo más, se agachó y buscó bajo su cama la pequeña caja carmesí. La observó unos minutos, como sin estar seguro sobre cual era su contenido. ¿Era un perjuicio o un beneficio?. Estaba a punto de abrirlo cuando desde su escritorio se oyó que ingresaba una comunicación.- Buenas noches Teniente Hayes...¿me extrañó?.-Eneas se incorporó de un salto. Era la inconfundible voz de Shadra Lumani- ¿De donde me esta llamando? ¡Responda!- inquirió el betazoide.- Tranquilo, todo a su tiempo. ¿Ya le contaron el cuentito del Sindicato de Orión?- preguntó Lumani irónica- ¡Sabía que no podía ser verdad! Conozco bien al Sindicato de Orión y usted no actuaba como ellos.- mientras decía esto, Hayes intentaba rastrear la llamada por todos los medios.- No se esfuerce teniente, su habitación esta completamente aislada. No podrá rastrear esta comunicación ni llamar a nadie para que lo ayude.-Efectivamente, los esfuerzos del betazoide por encontrar la procedencia de la comunicación o incluso por llamar a seguridad o al puente de la nave eran en vano.- Debo suponer entonces, que la Sección 31 es real.-- No tendría que haberlo dudado ni por un segundo. La sección 31 es tan real como usted y yo, y posee la protección de varios miembros influyentes de Starfleet y del aparato político de la Federación. Y como ya le dije anteriormente...nunca perdemos.- respondió Lumani.- Ahora entiendo todo. Es verdad que fui utilizado, pero el verdadero objetivo de la Sección 31 no era obtener los prikmales y su poder, sino acabar con el Almirante Kashnikov...-- Veo que esos represores de empatía no han anulado del todo su capacidad de resolver pequeños enigmas señor Hayes. Usted, debido a su adicción, fue cuidadosamente seleccionado para cumplir con esta importante misión para el futuro de la Federación. Era necesario que tuviera sus defensas tan bajas como para poder ser fácilmente engañado por nosotros. La sección 31 le ha estado suministrando durante los últimos tiempos represores de empatía experimentales, que lograron su cometido a la perfección.- Lumani sonrió al decir esto.- No entiendo porque la sección 31 quería destruir al Almirante.-- No debería contarle esto, pero usted me cae bien... Kashnikov ha estado ganando demasiado poder en los últimos tiempos. Se rumoreaba en la Tierra que podría llegar a convertirse en el futuro presidente de la Federación si se postulase. Como usted sabe, las ideas del Almirante Kashnikov son básicamente proteccionistas. El desea que la Federación se ocupe de sus propios asuntos y no que intervenga en los conflictos de todo el cuadrante. Los intereses de la Sección 31 son diametralmente opuestos. Nosotros queremos que la Federación lidere el Cuadrante Alfa, y no que se concentre dentro de sus fronteras. La sección 31 tiene infiltrados en el Imperio Estelar Romulano, en el Imperio Klingon...¡hasta en la Alianza Ferengi! No podemos darnos el lujo de que un individuo como Kashnikov llegue al poder.- Y por eso debían sacarlo del medio...- murmuró Hayes.- Así es, pero ese no es el único motivo. El Almirante, o mejor dicho ex almirante, veía como contraproducente la búsqueda de los prikmales y el pacto con los romulanos. La sección 31, en cambio, ve a esta pequeña alianza como una oportunidad valiosa para obtener información de nuestros eternos enemigos sin que nadie pueda objetar nada. Además, la sección 31 sabe que tarde o temprano, los prikmales estarán en su poder. No hay nada que usted ni su capitán ni el Embajador Aldouz puedan hacer al respecto. Los prikmales finalmente serán nuestros. Como ha visto, la posición de Kashnikov era peligrosa y debía desaparecer. Ahora, gracias a los códigos que usted utilizó para robar los prikmales, ha sido incriminado por traición a la Flota y enfrenta una posible condena de cadena perpetua. Su carrera política y militar definitivamente ha terminado. Desde ya muchas gracias teniente Hayes, su ayuda ha sido invaluable. Los libros de historia lo recordadrán adecuadamente. Ah, y no dude que nos volveremos a encontrar...- Shadra Lumani se despidió con un beso y la comunicación se cortóEl betazoide intentó otra vez rastrear su comunicación en vano. En efecto, estaba seguro de que volvería a encontrarse con Shadra Lumani. Presionó su comunicador y llamó a la capitana para informarle lo sucedido. Mientras esperaba que llegue el equipo de Seguridad, tomo la caja carmesí y la abrió. Dentro, los hipospray centelleaban tentadores. Pero esta vez el betazoide los miró con desprecio. Ya no quedaban dudas de que habían sido el instrumento para que el cayera en la trampa. Lentamente se dirigió al vaporizador de residuos y arrojó dentro la caja carmesí. Miro por la ventana hacia las estrellas y pensó en el Almirante Kashnikov y como habia arruinado su carrera. No habia nada que pudiera hacer para ayudarlo ahora. Pero habia algo que podía hacer por si mismo, la próxima vez que encuentre a Shadra Lumani estaría mejor preparado...
Esta es una historia de Facundo Santiago