30 agosto 2005

Episodio 9.
Justicia Terrenal, Justicia divina: Parte 2

Primera Parte: Despertar
A pesar de ser virtualmente prisioneros de los Maquis, Vreel Lexx, Elina Vek y Sebastián Castillo eran tratados sumamente bien. Sebastián aún continuaba inconsciente. Al parecer la contusión en su cabeza había sido grave. Elina Vek lo cuidaba con dedicación en la Enfermería de la base Maquí. El doctor Maquí era un joven apenas recibido en Medicina llamado Ze´Rito. Sus conocimientos eran suficientes, pero las condiciones de equipamiento en la base clandestina Maquí dejaban mucho que desear.Cerca de la cama de Sebastián estaba parado el comandante Lexx, observando a través de la pequeña ventana de la habitación. Desde allí podía verse una enorme plaza por donde la gente iba y venía como si no le preocupase su condición de ilegal. ¡Y pensar que si la Federación conociese la ubicación de esa base no dudaría en evacuarla ni un instante! Las relaciones con la desfalleciente Unión Cardassiana eran aun delicadas. La manera en que la Guerra del Dominio había terminado, con Cardassia muy debilitada, habían dejado todo ese vasto sector del Cuadrante Alfa en virtual desgobierno, y era el interés de la Federación que la Unión volviera a infundir orden en la región. Pero ni la Federación ni sus aliados Klingon y Romulanos eran tan tontos como para permitir que Cardassia recuperara el poder perdido. Le habían impuesto incontables limites a su producción armamentística a cambio del apoyo necesario para su resurgimiento. Varios sectores en disputa con los Klingon habían sido entregados sin condiciones otra vez al Imperio. Un vasto sector de la Unión Cardassiana había sido puesto bajo la “custodia” del Imperio Estelar Romulano, que se ocuparía de supervisar su progreso, mientras el resto de la Unión era supervisado por fuerzas conjuntas Klingon y de Starfleet. De esta manera, la Alianza se aseguraba el mantenimiento del orden en la región bajo el control Cardassiano, mientras que el gobierno Cardassiano era a su vez manejado por las tres fuerzas ahora imperantes en el Cuadrante Alfa. Sin embargo, mientras los Klingon y los Romulanos se repartían el territorio Cardassiano, la Zona Desmilitarizada continuaba bajo control de Cardassia...algo que los Maquí no estaban dispuestos a aceptar. Desde luego, la Flota tampoco toleraría un nuevo foco de disturbios en un sector ya de por sí complicado.- ¿Qué...que esta pasando?- murmuró entre gemidos Sebastián Castillo- Al parecer la dosis surtió efecto.- exclamó Ze´Rito- ¿Dónde estoy?- preguntó desconcertado.- Estamos en una especie de base Maquí.- comenzó a explicar Elina.- Cuando ingresábamos en la Zona Desmilitarizada fuimos interceptados por varios raiders y no pudimos hacerles frente.-- ¿Dónde esta mi hermana? ¿Saben algo de ella?-- Aquí estoy.- dijo Melissa que acababa de ser llamada por Ze´Rito.- Siento mucho lo que te sucedió hermano, pero realmente no esperaba que fuera así. Desafortunadamente no todo ocurre según lo planeado...-- No entiendo, estas diciendo que todo esto fue planeado....¿No estas en peligro?- Sebastián estaba cada vez mas confundido, su cabeza le dolía mucho y estaba muy cansado.- Es una larga historia y mereces una explicación. Todo el asunto de Briktan III me dejó muy confundida. Realmente ya no estaba segura si creía en los valores de la Flota. Me parecía que las obligaciones humanas estaban mas allá de las reglas, y que había actuado correctamente al ir en tu ayuda cuando lo necesitabas. Sin embargo, en la Corte Marcial no opinaron igual. Cuando me enviaron a prisión pense que mi mundo se acabaría, pero en realidad estaba despertando a un mundo nuevo. Dentro de la prisión encontré a muchos que opinaban como yo, varios de los cuales habían integrado las filas Maquí. Poco a poco me fui convenciendo de que su ideal era correcto y que su causa era justa. Thomas Riker y su grupo me hicieron ver la verdad.-- No puedo creer lo que me estas diciendo...entonces desde un principio todo esto estaba orquestado. ¡Y yo preocupándome por tu bienestar! ¡Puse en peligro mi vida, mi carrera y el futuro de mis pacientes en la Asimov por salvarte cuando en realidad no hacías mas que divertirte conmigo!- Sebastián estaba visiblemente furioso.Ze´Rito analizo las lecturas del doctor Castillo preocupadamente.- Será mejor que lo deje descansar señorita Castillo, su estado aún es crítico.-- Es verdad, será mejor que te vayas.- murmuró Sebastián.Elina Vek observó con furia como Melissa dejaba la habitación. “¡Traidora!” pensó. “No merece el hermano que tiene”. Mientras pensaba eso, la Cardassiana vio con asombro como Vreel Lexx dejaba la habitación e iba tras Melissa. “Solo espero que el Comandante sepa lo que hace...”
Segunda Parte: Donde hubo fuego
El Comandante Vreel Lexx alcanzó a Melissa en el centro de la plaza. Los profundos ojos celestes de la joven estaban llenos de lágrimas. El trill no pudo resistir verla llorar y sin dudarlo la abrazó contra su pecho. Al sentirla otra vez cerca recordó su primera cita. Había sentido algo por ella desde la primera vez que la había visto en la Asimov. Durante varios meses, mientras Aldouz examinaba incontables lecturas en busca de nuevos prikmales, la había visto pasearse por los corredores de la nave sin decidirse a invitarla a salir. Dudaba un poco debido a su condición de superior, pero tal vez el hecho de tener tres vidas de experiencia lo convenció de que no perdería nada con intentarlo. Su primer cita fue en el Agujero Negro. Charlaron por varias horas y Vreel pudo ver que había algo mas en esa joven alférez. Podía notarse el deseo de aventuras y de explorar nuevos territorios en todos los comentarios de Melissa, y eso era particularmente atractivo para el Comandante Lexx, siempre en busca de lo desconocido. Esa noche la acompañó hasta su habitación y se despidieron con un apasionado beso. Su segunda cita fue en el holodeck, cuando Melissa invitó al trill a un concierto de Opera Klingon. Desafortunadamente esa cita fue interrumpida...y ya nunca pudieron terminarla. Poco después Melissa fue hallada culpable de desacato y enviada a Nueva Zelanda, aunque el recuerdo de aquella primera cita continuó vivo en los dos...- ¿Por qué haces esto, porque apoyas una causa que no te concierne y que no hace mas que dañarte?- preguntó Vreel Lexx.- ¡Es que nadie entiende que los valores de la Flota son una farsa! Sus líderes se llenan la boca hablando de igualdad y respeto a la vida pero eso solo rige para los ciudadanos de primera. Aquí en la frontera solo importa la ley del mas fuerte. Si es del interés de la Flota, la igualdad y el respeto a la vida desaparecen bajo intereses políticos. Si a un funcionario en la Tierra o a algún Almirante le conviene, se entregaran planetas al enemigo sin importar quienes vivan ahí. Ante estos casos, ni hay igualdad ni hay respeto. Eso si, si a algún capitán le concierne, es capaz de dejar morir a sus propios oficiales para respetar la primera directiva sin que le importe un bledo su vida o su familia. Mientras tanto, sus superiores violan todas las leyes y dejan desangrarse a decenas de mundos llenos de almas federales. ¡No me pueden decir que esta no es mi causa! Esta causa es de todos.- Melissa se separó del Comandante y comenzó a caminar hacia su casa.- Puede ser, pero en este momento lo único que estas logrando es distanciarte de la persona que mas te importa en el mundo: tu propio hermano.- - Mi hermano vive envuelto en mentiras. No puede ver mas allá de las reglas que el sistema le impone.- Melissa decía esto y caminaba rápidamente, seguida de cerca por el Comandante - Ha sufrido tanto que cualquier decisión personal, cualquier elección por su cuenta, lo hace dudar. Nunca se arriesga para nunca equivocarse. Nunca se cuestiona sus pensamientos para así nunca decepcionar a nadie. Nunca se aparta de su trabajo. Tal vez es hora de que despierte un poco y vea que existen otras caminos en esta galaxia...y que su hermana tomó uno.-- Solo espero que ese camino no te aleje mas de mí...de nosotros. No se si realmente la causa Maquí sea del todo sincera y del todo correcta. Aun si fuera justa, no creo que los medios que utilizan sean válidos...-Melissa se detuvo frente a una puerta grisácea. Habían llegado a su casa.- Mas allá de lo que pienses, yo he encontrado en los Maquis mi verdadera ideología. Una ideología que se guía por los sentimientos reales y no solo por políticas frías, que valora el precio de todas y cada una de las vidas y esta dispuesta a sacrificar lo necesario por salvaguardarlas. Ahora lo único que necesito para ser feliz es recuperar el fundamento para mis acciones. Necesito a mi hermano. Te necesito. No quiero quedarme sola...- una nueva lagrima rodó por la mejilla de Melissa Castillo.El Comandante Vreel Lexx se acercó lentamente a la joven y la besó en los labios con suavidad. Otra vez los recuerdos invadieron su mente.- Vreel, extrañe tanto esto.- exclamó la joven mientras rodeaba sus brazos por el cuello del Comandante, besándolo con más pasión.- Yo también, desde que dejaste la Asimov sueño con este momento.- respondió el trill.Melissa abrió apresuradamente la puerta de su casa y ambos entraron. Se besaban con pasión sin recordar las diferencias de ideología que los separaban. El deseo había dejado de lado a las intrigas y la política y había abierto el camino para que resurgieran los sentimientos escondidos. Ahora, en ese casa de una colonia perdida en la galaxia eran solo dos almas consumando lo que tantos meses atrás había sido postergado.
Tercera Parte: Inocencia perdida
Sebastián Castillo había vuelto a dormirse. Ze´Rito le había administrado un calmante y ahora descansaba apaciblemente. Elina Vek, mientras tanto, no le quitaba los ojos de encima. Toda esa situación la incomodaba. Si hubieran estado en la Asimov, el Doctor Castillo se hubiera recuperado enseguida, pero con los instrumentos de la base Maquí las condiciones eran distintas. ¡Y todo por ir en busca de esa traidora!Mientras pensaba esto, Ro Laren y Thomas Riker ingresaron en la habitación.- ¿Cuál es la situación Ze´Rito?- preguntó Thomas.- Al parecer se esta recuperando. Tuve que darle un calmante luego de que se entero que su hermana era uno de los nuestros.-- Tendrá que acostumbrarse a la idea. Y más ahora que los Maquis volverán a ser reconocidos.- exclamó Ro.- ¡Ustedes no tienen vergüenza!- gritó indignada Elina Vek.- La condición del Dr. Castillo es crítica y en lo único en que piensan es en su propio beneficio.-- Discúlpeme señorita, pero creo que no tiene muy en claro cuales son nuestras intenciones. Lo único que queremos nosotros es que nos devuelvan lo nuestro.- la interrumpió Thomas Riker- Estos planetas nos pertenecen, nuestras familias y amigos los trabajaron y a ellos les corresponde habitarlos, mas allá de los que piensen en la Tierra o Cardassia Prime.-- ¡¿Y cuantas vidas inocentes están dispuestos a sacrificar mientras tanto?! Porque no solo la vida de Sebastián Castillo es la que esta en juego.- - Las muertes, por mas dolorosas que sean, son inevitables...-- ¡La muerte de mis padres también fue inevitable!- exclamó indignada la alférez.- Ustedes los mataron, cuando ellos lo único que deseaban era la paz. Mis padres eran Embajadores en la Tierra del Consejo Civil Cardassiano y siempre estuvieron a favor de un acuerdo que incorpore los reclamos Maquis. Incluso esa fue una de las razones por la cuál fueron destituidos y enviados de regreso a Cardassia.- Elina sabía que otra de las razones había sido su ingreso a la Academia. El Comando Central no toleraba que la hija de sus Embajadores en la Tierra fuera parte de Starfleet.- En el viaje de regreso, la nave de mis padres fue atacada por raiders Maquí y destruida. Fueron asesinados solo para usarlos como un ejemplo de lo que ocurriría si continuaban oponiéndose a los intereses Maquí. ¡Mis padres eran inocentes y sin embargo a ustedes no les importó!- - Debo recordarle que nosotros nunca deseamos convertirnos en terroristas. Fueron la Federación y la Unión Cardassiana quienes nos obligaron a defendernos por nuestros propios medios. La muerte de sus padres seguramente no fue en vano.-- Además, - interrumpió la Bajoran Ro Laren- no les corresponde a los Cardassianos proclamar ninguna clase de inocencia. Durante toda mi infancia tuve que ver como mis amigos y mi familia eran torturados y asesinados por ustedes. Nos moríamos de hambre en las calles de Bajor mientras ustedes robaban nuestro pan. Esas eran víctimas inocentes, hombres y mujeres cuyo único crimen fue haber nacido en Bajor durante la Ocupación. Sus padres pertenecían a un gobierno asesino a quien no le bastó con dejar a Bajor en ruinas, sino que también necesitó arrasar con el hogar de toda esta gente en la Zona Desmilitarizada. Por más buenas intenciones que hayan tenido, sus padres eran cómplices.-Las miradas de Ro Laren y Elina Vek se cruzaban con furia. Allí estaba concentrado el odio entre las dos razas. Elina Vek había tenido que soportar el estigma de ser Cardassiana durante toda su juventud en la Tierra y durante la Guerra del Dominio. ¡Y ahora también la acusaban de ser hija de genocidas! Ella no era culpable de los crímenes de su raza. Por otra parte, Ro Laren había sufrido en carne propia la crueldad Cardassiana durante la Ocupación. Su padre también había sido asesinado injustamente. ¡Y ahora esta insolente la acusaba a ella de matar vidas inocentes Cardassianas! Ningún Cardassiano es inocente si vivió durante la Ocupación y no se opuso a ella.En ambos bandos había perdedores. - Ahora si todo sale bien, no serán necesarias mas muertes.- dijo Thomas Riker tratando de quebrar el incómodo silencio.- En cinco días lanzaremos un último ataque a las fuerzas Cardassianas en el sector. Será un ataque devastador, ya que los Cardassianos no tienen mucho con que defenderse. Sin el control Cardassiano, y con la Federación ocupándose de su propia reconstrucción interna, toda la Zona Desmilitarizada se convertirá en un caos, y los Maquí podremos imponer nuestro propio control. ¡En menos de dos meses podremos proclamar la independencia de ambos bandos!-Mientras decía esto, la mirada de Riker se perdía en el infinito. Había un dejo de megalomanía en su voz, como si todo lo hiciera por convertirse en un héroe, por estar a la altura de su propio nombre.
Cuarta Parte: La venganza cobra forma
Era de noche en la base Maquí. En una habitación oscura, Vreel Lexx y Melissa Castillo dormían abrazados. De repente, el Comandante trill se despertó exaltado. Había tenido una pesadilla. Sabía que lo que había hecho estaba mal. Por mas que él la amara, Melissa seguía siendo un criminal, miembro de una organización enemiga de la Federación. No podía continuar con eso. La hermosa joven se movió entre sueños, y abrazó al Comandante Lexx con mas fuerza, dejando al descubierto su espalda desnuda. “Mañana haré algo” pensó el trill mientras acariciaba suavemente a Melissa.Cerca de allí, en la Enfermería de la base, Sebastián Castillo se movía entre sueños. Las medicinas lo estaban haciendo delirar y no había nada que pudieran hacer para impedirlo. Elina Vek se deslizó de su asiento y se dirigió hacia una esquina del cuarto, lejos del guardia que vigilaba la puerta desde afuera. Se quitó lentamente la bota derecha y oprimió un pequeño botón cerca del taco. La suela se desprendió mecánicamente, dejando al descubierto un compartimento secreto. Con cuidado, extrajo un par de extraños instrumentos. Repitió el proceso con su bota izquierda y extrajo otros aparatos diferentes. Con cuidado, ensamblo las piezas y en menos de un minuto tenía en sus manos un transmisor de largo alcance.De repente, Elina se sobresaltó. Alguien se acercaba a la habitación. Rápidamente ocultó el transmisor entre su ropa y volvió a su asiento donde pretendió estar dormida. El doctor Ze´Rito ingreso en el cuarto y observó las lecturas de Sebastián Castillo. La herida en el brazo había sanado fácilmente, pero el golpe en su cabeza no mejoraba. Ze´Rito parecía muy preocupado. Tomó un hipospray y recargó la dosis de medicina. Era necesario que el hematoma en el cerebro de Castillo se disipase. Luego de inyectar a Castillo, el doctor dejo la habitación.Elina estaba otra vez sola. Sacó el pequeño transmisor e ingresó varios códigos. Como lo supuso, la Spina estaba aún en la órbita del planeta. Sin mucho esfuerzo consiguió acceder a los comandos de la computadora. Elina estaba preparada para una situación como esa. Ingresó un par de códigos de acceso, y sin problemas estableció una comunicación con la Deep Space 9. Una mujer rubia y con aspecto severo apareció en la pequeña pantalla del transmisor de Elina.- Elina Vek reportándose.- susurró- Estabamos esperando su llamado señorita Vek, ya comenzábamos a preocuparnos. Habla la Almirante Nechayev.- - Almirante, no tengo mucho tiempo. Le transmitiré las coordenadas de la base Maquí. La incursión de la Flota deberá hacerse lo antes posible. Thomas Riker tiene pensado atacar las bases Cardassianas en cinco días.- continuó Elina Vek.- Muy bien alférez.- exclamó la Almirante mientras recibía la ubicación exacta de la base Maqui.- En estos momentos, la fuerza de invasión mas cercana esta a dos días de allí. Si todo sale bien, los Maqui podrán ser detenidos. Ha cumplido su misión a la perfección. Puede asegurarse mi recomendación para un ascenso. Nechayev fuera.-La transmisión se cortó y Elina Vek se relajó en su asiento. Había logrado su cometido. La capitana Jefferson había recibido un comunicado de la Almirante Nechayev poco después de descubrirse que uno de los fugitivos de Nueva Zelanda era Melissa Castillo. Los vínculos Maqui de Melissa eran ya conocidos en la Flota, y pocos creyeron que fuera un rehén. Sin embargo, prefirieron utilizar la ingenuidad de Sebastián como carnada para conseguir que fueran llevados hasta la base secreta Maqui. Incluso el hecho de ir en busca de Melissa sin el apoyo de la Flota Estelar era parte del plan. Si los Maqui creían que la verdadera intención del Doctor Castillo era rescatar a su hermana sin importar las consecuencias, nunca imaginarían que en realidad era un operativo encubierto para descubrir la base secreta. La alférez Vek y el comandante Lexx habían sido asignados a esa misión por la capitana Jefferson y sin el conocimiento de Sebastián. Elina recordó al Comandante y se preguntó que estaría haciendo. “Debe saber que la invasión de la Flota es inminente” pensó “Solo espero que se encuentre bien”. Pocos segundos después, Elina se quedó profundamente dormida. Por fin su venganza hacia los Maqui se estaba concretando.
Quinta Parte: Doble traición.
Vreel Lexx volvió a despertar. Esta vez estaba solo en la cama, pero un aroma a hierbas invadía la habitación. Melissa Castillo salió de la pequeña cocina con un par de tazas humeantes y se acercó al Comandante.- No hay nada mejor que un desayuno no replicado para comenzar el día. Es difícil conseguir replicadores para la base, pero volver a saborear las cosas de manera natural también tiene sus beneficios.- dijo la joven mientras volvía a acostarse.- Buenos días Melissa. ¿Sabes algo de tu hermano?.-- Hace media hora e comunique con Ze´Rito. Me dijo que su situación es inestable pero que era mejor que no lo visitara por el momento. Parece que le afecto bastante mi visita de ayer.-Vreel Lexx tomo un poco de la bebida que le había preparado Melissa. Era café vulcano, su preferido, y realmente sabía diferente al replicado. El comandante no se sentía cómodo en absoluto. La noche anterior se había dejado llevar por sus impulsos, pero ahora su conciencia le estaba haciendo ver que esa relación no podía funcionar. Sentía que estaba traicionando a toda su gente. Sin embargo, también sentía algo especial por la joven.- Melissa, tengo que hablarte.- comenzó el trill.- Si, te escucho.-- Creo que...-El Comandante no pudo terminar con la frase debido a que el intercomunicador de Melissa comenzó a sonar. La joven Maqui se levantó y recibió la llamada. Lentamente su cara se transformó. Ahora parecía muy preocupada. Cortó la comunicación y se quedó paralizada frente a la cama.- ¿Qué sucede?- preguntó el Comandante- Al parecer Sebastián no estaba tan estable como creían. Hace unos minutos comenzó a tener convulsiones y no responde a la estimulación cerebral. Debo ir a verlo cuanto antes.-
Cuando llegaron a la Enfermería encontraron a Elina Vek sentada en la puerta de la habitación. Se veía en sus ojos una gran preocupación. Junto a ella estaba Thomas Riker, que caminaba de un lado a otro del pasillo, preocupado por la salud de su “invitado”. Definitivamente le serviría mucho mas vivo que muerto. El doctor Ze´Rito se acercó al grupo al ver que Melissa y Vreel Lexx ya habían llegado.- ¿Qué es lo que pasa Doctor?-- Estamos haciendo todo lo posible por recuperar su actividad cerebral. Esta en una especie de coma y no responde a nuestros estímulos. Podríamos recuperarlo fácilmente si tuviéramos un estimulador de cerebelo, pero aquí en la frontera no hay posibilidades de conseguir uno...Si sigue así no creo que pueda sobrevivir esta noche.- explicó Ze´Rito.- No puede ser...- exclamó Melissa cubriéndose la boca con su mano.Thomas Riker la abrazó y la llevo hasta una esquina del pasillo para consolarla. Elina Vek tampoco podía creer lo que estaba sucediendo.- Esto no podría ser peor. En cualquiera de nuestras naves ya estaría recuperado.- murmuró Vreel Lexx- Lo peor de todo es que ayer logre comunicarme con Nechayev, como habíamos planeado, y hay una Flota de naves de la Federación viniendo hacia aquí, pero tardarán por lo menos un día mas en llegar. Tenemos que hacer algo.-Vreel Lexx se sorprendió. Había olvidado que su verdadera misión era descubrir la ubicación de la base secreta Maqui. La situación se estaba yendo de sus manos y ahora estaba por perder a uno de sus hombres. Mientras, Melissa y Thomas Riker discutían en el rincón.- ¡Por favor, es necesario que llevemos a mi hermano hasta la Deep Space 9! ¡Esta muriendo!- sollozaba la joven.- Lo siento mucho Melissa, pero no es posible arriesgar la ubicación de nuestra colonia solo por una persona. Hicimos todo lo que pudimos según nuestros recursos. Si tu hermano muere, será porque la Federación nunca estuvo dispuesta a darnos lo mínimo necesario para subsistir. Lo lamento de verdad.- Thomas Riker giró sobre sus talones y se fue a través del pasillo dejando a la joven sola. Melissa no podía creer lo que había oído. La persona en quien mas confiaba le estaba dando la espalda y ahora su hermano podría morir por eso. Estaba otra vez entre la espada y la pared. Pensó un segundo y se volvió hacia Vreel Lexx y Elina Vek.- Deben venir conmigo.- les dijo.Los tres abandonaron la Enfermería, mientras Sebastián continuaba conectado a los anticuados estimuladores cerebrales. Caminaron rápidamente a través de la plaza y en seguida llegaron a la casa de Melissa Castillo, donde el café vulcano aún humeaba junto a la cama, y su aroma podía sentirse fuertemente.- Aquí tienen.- les dijo Melissa entregándoles un pad de datos.- Estos son los códigos para transportarse a uno de los raiders Maqui que orbitan el planeta.-Elina y Vreel la miraron sorprendidos. Les estaba dando la llave para huir.- Si toman el raider y siguen las coordenadas que tienen en ese pad, pueden atravesar las Tierras Baldías antes de que siquiera descubran que no están.- continuó.- ¿Porque haces esto?.- le preguntó Elina Vek bastante asombrada.- No puedo ver que dejen morir a mi hermano. Ya una vez perdí todo por salvarlo, y no dudaría en volver a hacerlo. Por favor, apresúrense.- Melissa sabía que la descubrirían, pero realmente no le importaba. Lo mas importante para ella seguía siendo su hermano.Elina Vek sacó de entre su ropa el pequeño comunicador y comenzó a ingresar los códigos del pad. Mientras, Vreel Lexx tomó del brazo a Melissa y la llevó hasta la pequeña cocina.- No es posible que te quedes aquí. Debes venir con nosotros. Si logramos escapar te descubrirán y el resultado puede ser peor que lo que te espera en territorio de la Federación.- le dijo Vreel.- Entiendo todo eso, pero mi lugar sigue estando aquí. Por más que vuelva a la Federación seguiré pensando que debo ayudar a la causa Maqui...-- ¿Por más que hayan hecho con tu hermano lo mismo que la Flota?-- No es lo mismo, la situación es diferente y hay muchas vidas en juego aquí. Ellos me necesitan. - respondió Melissa.Vreel Lexx la observó un segundo. Era tan hermosa y tan valiente. Seguía sus convicciones hasta las últimas consecuencias. Se preguntaba que pasaría cuando las tropas de Starfleet ingresen en la base. Seguramente los Maquis se defenderían, pero finalmente serían detenidos por la Federación. Tal vez habría muchos heridos...tal vez Melissa muriese en el ataque.- Esta bien. – continuó el Comandante.- Si no nos acompañaras debo decirte algo. La base Maqui ha sido descubierta. Hay un invasión de la Flota programada para mañana mismo. Es de vital importancia que salgas de aquí, o podrías resultar dañada en el ataque. Por favor, debes escucharme.-El Comandante Vreel Lexx estaba violando muchas leyes de la Flota y podría ser destituido de su cargo si se descubría que estaba dándole esa información al enemigo. Una vez más sintió que su conciencia lo castigaba. Sin embargo, algo dentro de él también le decía que lo que estaba haciendo era lo correcto, tal vez algún rasgo rebelde de sus vidas anteriores. Y sus sentimientos eran mas profundos que cualquier ideología. - Prometo escucharte. No te preocupes, todo saldrá bien.- le respondió la joven mientras una triste sonrisa se dibujaba en su rostro.- Comandante, ya estamos listos.- le dijo Elina.Vreel Lexx besó una vez mas los labios de Melissa Castillo. Tal vez sería la última vez que podría verla, pero eso era lo mejor. Los ojos de la joven se llenaron de lagrimas mientras los haces de rayo transportador elevaban a la alférez Vek, el comandante Lexx y el doctor Castillo fuera del planeta.
En el Noticiero Interestelar del día siguiente, cuando los tripulantes estaban otra vez sanos y salvos en la Asimov, se transmitió la noticia:“...una incursión en gran escala en una base Maqui. El éxito estuvo asegurado debido al factor sorpresa, que encontró a los rebeldes completamente desprevenidos. Al parecer, la ubicación fue descubierta por un operativo secreto de infiltración. En la base pudo hallarse, según fuentes oficiales, un arsenal que iba a ser utilizado contra objetivos militares Cardassianos. La base parecía estar comandada por el recientemente fugitivo Thomas Riker, quien fue otra vez atrapado. No hubo víctimas mortales en el ataque, pero se sospecha que algún rebelde puede haber conseguido huir. La joven Melissa Castillo, quien en un primer momento se creyó que podía haber sido tomada como rehén y luego se descubrió su participación en el operativo Maqui, aún no ha sido hallada...”
Marplanauta14/12/02